▪︎ LILLIE ▪︎
Sin esperar más acerca en dos pasos largo hasta mí y yo intento retroceder. Pero él es más rápido y me toma del brazo para levantarme, yo forcejeo para soltarme pero él insiste y me pega a su cuerpo para jalarme y sacarme de ahí.
Pero cómo no me voy a dejar que me lleven así tan fácil, lucho golpeándolo con mi otra mano libre, no se de donde me salen fuerzas para darle una patada en la espinilla de su pierna. Y solo escucho un gruñido debajo del pasamontañas.
《Ese sonido》
Pero lo le tomo importancia cuando logro zafarme e intento salir corriendo pero él habla.
—Oye, si dolió —me congelo cuando reconozco la voz grave y ronca de Dante, me giro con lentitud para verle a los ojos y darme cuenta que si es él, no le había prestado atención —Tan valiente eres que te crees capaz de salir sola de este lugar —su tono es sarcástico, sin pregunta.
Lo fulminó con la mirada, no estoy para sus estúpidas bromas.
—Ven, si quieres salir viva de aquí debemos irnos ya —se acerca.
Me toma de nuevo del brazo, pero vuelve apretarlo. Parece estar molesto.
—Espera —hago que se detenga conmigo —Debemos llevarla con nosotros.
Le digo cuando giro hacia ver a la chica que sigue en la misma posición fetal en cuclillas.
—No podemos llevar a nadie con nosotros, eso retrasaría nuestra salida.
Lo ignoro y me suelto de su agarré, regreso a la celda y me acerco a la chica. Sigue temblando pero ya no llora.
—Hola —le hablo suavemente —Aquí estoy, como anteriormente te había dicho, te sacaré de este lugar, pero primero necesito que pongas de tu parte y vengas conmigo a donde yo te diga.
Ella asiente después de salir de su estado hipnotizado. Con ayuda mía se pone de pie y sin perder más tiempo salimos de ese lugar horroroso.
Dante no dice nada y solo nos guía por otra salida que ni yo sabía que existía. La chica pelirroja va pegada con su brazo entrelazado al mío como una niña pequeña que tiene miedo a perderse.
—Tú y ella saldrán por aquí —informa Dante, cuando llegamos a un túnel que parece alcantarilla —¿Entendido?, espero no me desobedezcas —dice en un tono serio y molesto.
Asiento sin protestar. Pero me pregunto ¿a dónde ira?, ¿o que hará?
Pero no digo nada ya que no quiero discutir y tampoco quiero ganarme un regaño y seguir viendo su desplante hacía mí.
Al momento que la joven y yo entramos al túnel, Dante me detiene cuando me toma del brazo y hace girarme para verle.
—Un momento —pide
¿Querrá decirme algo?, dejo mi sospecha cuando veo que se quita su chaqueta de cuero negro para después colocarla sobre mis hombros. Me quedo inmóvil al mismo instante del acto que parecía tierno y que cuidará de mí. Pero si no es así, ¿por qué entonces lo hace?
No tengo explicación para ello, pero para lo que sí, es que él volvió a salvarme, volvió hacer mi héroe.
No dice nada más y solo se aleja para marcharse a quien sabe dónde, yo quedo ahí anonadada mientras veo su espalda alejarse y perderse cuando da vuelta para entrar a otro pasillo.
La pelirroja me vuelve a tomar del brazo cuando sigo sin reaccionar. Por un momento olvide que estaba aquí. Ya fuera de mi impresión, seguimos con nuestro camino para salir de este lugar.
Una vez casi al final del túnel, se puede apreciar unas luces del exterior. El auricular se enciende para escuchar la voz de Enzo. No lo había activado él porque aún no era necesario para mí, él estaba esperando señal para que saliéramos, solo a Mika seria a la que estaría guiando por el comunicado.
Las rejillas del final del pasillo se abren, y muestran a Enzo y Alan el guardaespaldas que estaba con Leo.
—Lilli, por aquí — avisa Enzo, cuando estamos casi cerca.
Les pido que ayuden primero a mi compañera, cuando Enzo recibe un aviso en el radio que traer.
Es Dante informando que Mika viene hacía acá pero que el se demorará un poco más porque aún no encuentra a Iván.
Después de que me cercioro de que la chica está afuera y a salvo me giro para volver al principio del túnel para ir a buscar a mi amiga y guiarla hasta acá.
—¡Hey!, ¿a dónde vas? —intenta levantar la voz pero no muy alto, ya que debemos cuidar que no nos escuchen o vean.
—Voy por Mika, ahora vuelvo.
Ni Enzo y Alan podían entrar, ya que la salida era estrecha y sus cuerpos a comparación de los nuestros se quedarían atorados en el hueco.copy right hot novel pub