▪︎ DANTE ▪︎
—¡Vaya, vaya.! Parece que interrumpí algo importante —exclamó Leo, se detuvo después de dar unos cuantos pasos —Nos hubieras avisado antes que ibas a estar muy.. ocupado. Digo para venir en plena acción —suelta una carcajada.
Tenso la mandíbula molesto por sus palabras.
Con agilidad intento cubrirla con ese corto vestido, en este momento maldecía ese puto trozo de tela. La baje rápidamente de donde estaba sentada y la coloque detrás de mí, para que no la viera.
Será cabron. Por un momento me olvidé de que ellos vendrían, y por otro lado se me paso que este imbécil no acostumbraba a llamar a la puerta antes de entrar.
Sin importarle, paso y se tumbó en un asiento, enfrente al escritorio. Con una sonrisa maliciosa fija sus ojos en una parte de la mesa, lo sigo y compruebo que estaba mirando. Rápido estiro el brazo para tomar las bragas de encaje que habían quedado encima del buró.
Las guardo en el bolsillo trasero de mi pantalón. Maldición, como se me pudo pasar. Su sonrisa se ensancha más mostrando un brillo divertido en su mirada. Con que esto le divierte al cabron.
—¿¡Qué mierda quieres!? —grito furioso.
Él se encoje de hombros sin importancia.
—No me culpes a mí por tu follada fallida —cruza sus piernas y saca su móvil para jugar un estúpido juego —Tú nos mandaste a llamar, ¿lo recuerdas? —estoy por echarlo a patadas e insultarlo, pero el me interrumpe —Ni lo pienses —responde como si me hubiera leído la mente —Están por llegar los demás, también esta aquí el árabe. Sabías que ese maldito tiene un harén de mujeres jóvenes y ardientes —dice con descaro.
Lo ignoro y me giro para darle la espalda y poner solo mi atención en mi mujer, aún seguía colocada atrás de mí.
Esta sonrojada, lo note en sus mejillas. Esta con la cabeza agachada y con los ojos cerrados apretando los con fuerza. Se que esta muerta de vergüenza, la conozco. Tomo su barbilla para levantar su cara, sin obligarla a que abra los ojos.
—Espérame en nuestra alcoba —digo en voz baja —En cuanto termine aquí, iré contigo.
Ella abrió los ojos lentamente y asintió. Tome la chaqueta de cuero que estaba en el respaldo de la mi silla y se la coloqué sobre los hombros para cubrirla con ella. No iba a dejar que nadie la viera, solo yo podía ver su cuerpo.
Pero tampoco le iba a ordenar como tenía que vestir, me encantaba verla con ropa sexy y provocadora, pero si era para mostrar mucho debía dejarle claro que solo cuando estuviera a solas conmigo, podría colocarse algo así.
La acompañe hasta la puerta, Leo estaba muy metido en su estúpido juego que ni atención nos puso.
—Más tarde seguimos con lo que no alcanzamos a empezar —le di un beso rápido en los labios.
Sin separarme todavía de ella, veo por detrás sobre su cabeza, cuando llega Iván y los demás.
—¿Qué cosa no alcanzaste hacer? —inquiere intrigado Iván cuando pasa por nuestro lado y se deja caer en el otro asiento continuo al de Leo.
—Maldita sea —masculle.
Enzo y Muhammad se quedaron de pie a pocos centímetros de nosotros.
—Estaban a casi nada de follar en este escritorio —divulga Leo, mientras señala el lugar —Hasta que fueron interrumpidos por mí —concluye sin dejar de ver su móvil.
Cierro mis manos en puños, yo estaba a casi nada de golpearlo. Maldito, porque tiene que decir algo que no le corresponde. Se que es algo muy común entre nosotros, pero yo ya no pensaba contarle mi intimidad y todo lo que hacía con Lilli.
Fije la mirada en ella y la note más ruborizada, mucho más que antes.
—Así que ella es tu bella mujer. La que te trae hechizado —dice el árabe, se acerca para presentarse —Muhammad Farcuch —le tiende la mano, y ella se tarda en responder, pero sin titubeo extienda su brazo para acercar la suya. El la coge y la lleva a sus labios para depositar un beso en el dorso de su muñeca —Es más hermosa de lo que pensé.
La separé de él para deshacer el agarre, ya que no la había soltado. Sin esperar más la encamine a la puerta y le dije en un susurro.
—No les hagas caso—le guiño el ojo.
Espere a que se alejara para cerrar la puerta.
Me fui hacia mi anterior lugar y me dejé caer.
—¿Qué hay?, suéltenlo —pedí en modo autoritario.
Se vieron entre ellos, para después empezar Iván a decir lo que tenía. Comenzó por lo más importante, sobre las alianzas con las otras mafias y también sobre la información que juntamos y divulgamos entre los enemigos de los Snakes. Después Muhammad me informó que ya estaba todo solucionado por gran parte del mundo, ya muchos de ellos estaban al tanto de lo que Bruno hacía y que solo quedaba esperar a ver la reacción de los que faltaban. Que el chino les garantizó que en menos de lo que pensarán ya estarían sacando a mi estúpido primo de mi territorio.
Eso era tener buenas alianzas y más cuando no sueles meterte con otras organizaciones. Mi padre me enseñó a que no me metiera con el que no me tocara los cojones, mientras no se metan con lo mío, todo estaría bien. Así serviría tener aliados y gente que te puede respaldar como en esta ocasión.
La reunión se extendió por más de dos horas, después de hablar de asuntos importantes, se les ocurrió beber y jugar póker. Y yo moría de ganas por correr a la habitación donde se encontraba mi mujer, tomarla y follarla de una maldita vez.
Pero aguarde un momento más, ya no tomaba tanto. Había dejado de beber con frecuencia, como anteriormente acostumbraba hacerlo. Desde que estoy con ella ni tiempo me ha dado y ni siquiera me han dado ganas como antes.
Y también puedo asegurar que desde que duerme conmigo, no he tenido una maldita pesadilla.. antes de que ella se quedara a dormir junto a mí, todos los días esos malos sueños me atosigaban.copy right hot novel pub