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Cada Noche Mia [#2 Trilogía Infierno]

Capítulo 39|Cuidados y atenciones

▪︎ LILLIE ▪︎

Me sentí aturdida y un poco mareada. Después de que Dante salió deprisa de la mansión y se fuera a quien sabe dónde. Comencé a sentirme mal, mi preocupación aumentó cuando pensé en que podría hacerles, ¿a caso él era capaz de hacerles daño? La idea de que siguiera pensando en un aborto o algo que me hiciera perder a mis bebés, me daba temor.

Por un momento se convirtió en un monstruo, una parte de él que sabía que existía pero que nunca creí llegar a presenciar yo misma. ¿Cómo podía haber sido tan duro con sus palabras? Pero yo también tenía la culpa por haberle ocultado lo del embarazo, quizás me tenía bien merecido su desplante y la furia que descargó en mí. Pero eso solo hizo que me sintiera mal, tanto que no llegué hasta la cama y me desmaye.

No sé en qué momento logré recostarme o que había pasado, al despertar me encontraba en la cama tumbada de espalda y tapada de las piernas con una manta. Abrí los ojos lentamente y visualice dos siluetas. Una era mi amiga con un rostro de preocupación y con ojos llorosos y la otra era un hombre con camisa blanca y corbata, pero traía un estetoscopio en el cuello y un maletín como de primeros auxilios, esos que cargaba un médico.

Parpadeé confundida e intente incorporarme para sentarme, pero Mika me detuvo.

—No, no te levantes. Debes descansar.

Sentía como la cabeza me daba vueltas así que no discutí y obedecí. El hombre comenzó a guardar unas cosas en el maletín y después se volvió hacía mí amiga para entregarle una hoja.

—Mañana temprano a esa hora —señala en el papel —Es obligatorio que vaya en ayunas, ya que serán muestras de sangre, necesitamos descartar todo lo necesario y se deben hacer esas pruebas lo antes posible. Por favor, no falten, esto es sumamente importante.

Mi estado era aún de confusión, no entendía nada de lo que estaba pasando.

—Así será doctor, ella no faltará a esa cita. Yo me encargaré de ello —asegura Mika, toma el papel que él le ofrecía.

—Bien, ahora debo explicarle a la futura madre lo cuidados que debe tener —dice, se gira a mí para hablarme —Esto es muy importante y debe obedecer todo lo que le indique, todo sea por el bienestar de sus bebés y pueda llegar al noveno mes y concluir bien su embarazo, sin ningún contratiempo.

¿Qué sucedía?, ¿a caso era tan mala mi situación como para llegar a este extremo de tomar indicaciones o cosas así. Ay no, lo que menos quería era que mis bebés salieran perjudicados, nunca quise que mi embarazo fuera algo como una enfermedad si no algo normal, como la mayoría. Quería disfrutarlo, no tener ninguna preocupación o dificultad, pero a estas alturas ya creía que lo mejor era conformarme con lo que me ordenaran. Ya nos habíamos expuesto mucho y ya tenía suficiente con el problema de la anemia que no sabía si seguía controlada o no.

La última vez que fui con mi ginecóloga fue aproximadamente tres o cuatro semanas. No recordaba muy bien. No sabía el tiempo exacto que llevaba aquí, y no había llevado una cuenta. Estuve más concentrada en como escapar o en ayudar a otros que en el bien estar de mis pequeños. 《Soy una mala madre, la peor del mundo 》

No me los merecía, de hecho no debía ser madre. No entendía como ellos me habían elegido y como seguían aferrados a mi cuerpo. Era algo inexplicable, pero a la vez algo precioso y puro. Ellos habían llegado a mi vida como un paracaídas y para no soltarse de mi nunca, sentía esa hermosa conexión con mis gemelos, tanto que mi corazón latía de alegría cuando podía apreciar unos leves movimientos en mi barriguita, y más cuando la tocaba.

—¿Hay algún problema? —inquirí.

Debía ser fuerte para cualquier cosa que me dijeran, debo confrontar cualquiera situación o problema alguno.

—Por el momento no puedo darle con certeza un diagnóstico. En primer lugar debe obedecer las indicaciones que se le pedirá que haga y presentarse mañana temprano a la cita que acorde con su amiga —informa el médico —Pero lo primero que hará será tomarse estas vitaminas que le he dejado aquí —señala un frasco de pastillas que están sobre la mesita de noche —De preferencia debe tomarlas durante la comida, pero si se puede hágalo por la mañana en cuanto se levante, y acompáñelas con un zumo de naranja, eso le ayudará mucho. Si en todo caso tenga lo que creo que es, será necesario que las tome junto con estas otras que contienen hierro. —vuelve a señalar otro frasquito —No entiendo porque se le paso el tomarlas, es algo que un ginecólogo receta desde el comienzo.

El se ha dado cuenta de mi anemia, aún no me ha hecho pruebas y ya lo podía deducir.

—Las estuve tomando, pero.. como me mudé sin previo aviso las dejé olvidadas en donde anteriormente vivía —dije, claro que no le iba a decir que fui secuestrada y que por esa razón no pude cargar con mis pertenencias —Mañana sin falta estaré allí. Téngalo por seguro.

—Muy bien.. ahora le diré las indicaciones —asiento —Lo primero ya quedo claro, son las vitaminas, lo siguiente también muy es muy importante así que debe obedecer. Es necesario que tome reposo por una semana mínima, que lleve una alimentación sana y muy bien controlada, ya que por el momento los antojos no serán bien recibidos, déjelos para más adelante —en realidad no había tenido antojos o quizás era muy pronto para vivir esa experiencia —Y por último, no porque sea lo menos importante, si no al contrario. Te pediré que nada de preocupaciones, nada de estrés, nada que te ponga de mal humor.copy right hot novel pub

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