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(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 93

— ¿Qué demonios te pasa Mat? —Le pregunto cuando cierra la puerta del baño detrás de nosotros.

—A mí nada, tú eres el que parece sacado de una película de terror. —Antes de que pueda preguntarle a qué se refiere, él me posiciona delante del espejo y lo descubro por mí mismo; tengo la camisa manchada de sangre, al igual que mis manos y mi rostro también, de seguro de todas las veces que he pasado las manos por él.

—¡Dios! —Digo abriendo el grifo del lavamanos para empezar a limpiarme, detrás de mí puedo ver a Matías sacándose el uniforme hasta quedar con una sencilla camiseta blanca; en cuanto termino de quitar la sangre de mis manos y mi rostro, Matías me tiende su camiseta y yo la acepto en silencio, mientras que él se pone de nuevo su uniforme, yo me deshago de la camisa ensangrentada y me pongo la de él.

—Hace un rato estuvimos allí. —Me dice parándose a mi lado.

—¿Allí?

—En la escena del crimen, nos llamaron del gimnasio y fuimos rápidamente, luego de revisar el lugar… Bueno seguimos el protocolo correspondiente, pero como nunca había visto tu auto, no pude darme cuenta de que se trataba de ustedes. —Niega con la cabeza con un gesto de vergüenza en su rostro. —Por eso cuando dijiste que ella había puesto los seguros y estaba en el asiento del copiloto cuando la dejaste, supuse que había huido al ver que no eras tú quien ingresaba al auto, creo que el resto de la historia podemos deducirla fácilmente. —Una sonrisa triste se posa en mi rostro al darme cuenta de lo bien que me conoce, lo más probable es que haya notado que tenía mis dudas por la manera en que se enteró de todo.

—Yo… Solo fueron diez minutos, la perdí de vista diez minutos y ese malnacido se aprovechó de eso. —Niego con la cabeza y me apoyo en la encimera del lavamos, Matías se posiciona detrás de mí y empieza a acariciar mi espalda, al final las lágrimas vuelven y termino siendo consolado por él.

—No es tu culpa D, tu pensaste que era seguro, ¿Cómo ibas a saber que el tipo iba preparado para forzar la puerta del auto?, ¿Como si quiera ibas a imaginar que aún estaba al acecho y que iba a aparecer justo ahora?, No es tu culpa, la culpa es de ese hijo de puta psicópata y te juro que lo voy a hundir, voy a hacerle desear nunca haber nacido. —Asiento suavemente y él me da la vuelta dejándonos frente a frente, limpia mis lágrimas y luego me envuelve en un fuerte abrazo que me reconforta un poco.

Cuando salimos del baño y regresamos con los demás, Miguel y Cloe están allí hablando con Danilo y Lisa, en cuanto me ven, Cloe corre hasta mí y abraza mi cintura, sus sollozos se escuchan en toda la sala de espera. Acaricio su espalda y su cabello y me encuentro con la mirada de Miguel, sus ojos están un poco hinchados, por lo que puedo darme cuenta de que también ha estado llorando. Apenas Cloe me suelta, él se acerca y me da un fuerte abrazo, luego ambos empiezan a preguntarme lo que sucedió y una vez más tengo que revivir el horrible suceso.

Los minutos pasan y la sala de espera comienza a llenarse; Ruth, Adam, Kathy, Valentina, Alejandro y Maitén están distribuidos en las sillas, Danilo y Matías están sentados en el suelo con algunos chicos del gimnasio que se quedaron haciéndome compañía, Cloe y Miguel están ubicados a mi lado y hace poco supimos que los padres de Sophie vienen en camino, yo aún estoy concentrado en la pared blanca que hay frente a mí, pidiendo en silencio por que todo salga bien; en el momento en que las puertas por las que se llevaron a Sophie se abren y una joven doctora se asoma, me pongo alerta, esperando a que hable.

—¿Familiares de Sophie Brooks? —Dice leyendo unos papeles que trae en sus manos; cuando ve que todos nos ponemos de pie y caminamos hasta ella, sus ojos se abren como platos. —¿Todos ustedes son familiares? —Pregunta cuando nos acercamos a ella preguntándole sobre Sophie.

—No, en realidad todos somos amigos, sus padres apenas y vienen en camino, están algo lejos. —Cloe es la primera es responder y la doctora nos mira con pena, antes de que nos niegue información, me acerco hasta ella.

—Soy su novio, por favor, díganos cómo está; se lo ruego. —Ella me mira por unos segundos y luego suspira audiblemente.

—Información detallada no les puedo brindar aun, lo que necesito es un donante de sangre, la paciente ha perdido bastante y en el banco de sangre no contamos con suministros suficientes de su tipo de sangre y es de vital importancia conseguirla.copy right hot novel pub

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