Me recuesto todo lo que más puedo en el pecho de Dylan mientras que él camina conmigo en sus brazos hacia el interior de la cabaña; apenas estamos adentro cierra la puerta detrás de nosotros y me deja en la encimera de la cocina, justo ahora yo tengo puesta su camisa sin nada por debajo y él se pasea a sus anchas en nada más que su bóxer; observo embobada como se tensan sus músculos con cada movimiento que realiza mientras cocina, definitivamente es todo un espectáculo digno de admirar. En cuanto termina de preparar nuestra cena nos ubicamos en el pequeño comedor y degustamos todo lo que él ha preparado entre una larga conversación sobre su trabajo y los avances que han tenido los talleres automotrices que posee.

—Luego de que regresemos a casa podríamos ir a visitar uno de los talleres, si quieres ir claro está. —Me dice él terminando de comer todo lo que había servido en su plato.

—Me encantaría, así podré conocer otra parte de tu historia y de ti. —Mis palabras lo hacen sonreír y antes de que pueda responderme me pongo de pie recogiendo los platos que hemos usado; sé que quiere protestar por el hecho de que quiera ocuparme de la limpieza de la loza, pero no le doy tiempo para hacerlo, sino que me ocupo de lavar los platos que hemos ensuciado; él al final decide rendirse y ayudarme secándolos.

—Listo. —Le digo cuando terminamos de limpiar la cocina. —No fue tan terrible, ¿o sí? —Una ronca risa se le escapa al escuchar el sarcasmo en mi voz.

—No, no estuvo del todo tan mal; pero hemos perdido tiempo valioso y ahora debemos recuperarlo. —Estoy por preguntarle a que se refiere cuando me interrumpe chocando sus labios con los míos en un beso hambriento que me toma por sorpresa.

Me aferro a sus hombros cuando me toma de la cintura para luego dejarme sobre la encimera de la cocina, a medida que nuestro beso sube de intensidad, también lo hacen nuestras caricias y la habitación no tarda en llenarse con los sonidos de nuestras respiraciones agitadas y nuestros gemidos de placer.

Terminamos rompiendo nuestro beso cuando nos hace falta el aire y Dylan no desaprovecha el tiempo para empezar a repartir besos por mi cuello, yo disfruto todo lo que puedo acariciando sus hombros, su pecho y su espalda y puedo sentir como se estremece contra mí; sus manos acarician mis muslos y luego empiezan a subir hasta que están a unos centímetros de mi sexo y a mí se me eriza la piel; en el momento en que uno de sus dedos conecta con mi ya hinchado clítoris, yo abro lo que más puedo las piernas dándole total libertad para acariciarme y al mismo tiempo llevo una de mis manos hasta sus abdominales mientras que la otra juega con su cabello.

Busco sus labios con desesperación y él me los ofrece inmediatamente, un gemido se me escapa cuando siento las caricias de sus dedos en mi sexo y él se lo traga con eficiencia en nuestro beso, intento concentrarme lo mejor que puedo en brindarle algunas caricias a su abdomen mientras que él se empeña en volverme loca con los roces de sus dedos, en el momento en que me topo con la cinturilla de sus bóxer abandono con un poco de resistencia su suave cabello y utilizo mis dos manos para deshacerme de ellos; su dura erección se topa con mis manos en cuanto termino de sacar los bóxer de su cuerpo y Dylan rompe nuestro beso repentinamente para soltar un ronco gemido.copy right hot novel pub