Modo oscuro
Idioma arrow_icon

(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 117

El sonido de la brisa se encarga de despertarme y una sonrisa se me escapa al no sentir a Dylan a mi lado en la cama, por la rutina que hemos adoptado en estos días de estadía en Hawái, sé perfectamente que debe estar preparándome el desayuno para traérmelo a la cama y luego hacerme el amor salvajemente; me estiro sintiendo la protesta de mis músculos en el proceso y una nueva sonrisa se me escapa al recordar que nadamos prácticamente toda la noche en la piscina del patio trasero, disfrutamos bastante anoche riendo y bromeando en todo momento.

Definitivamente estos cuatro días que llevamos aquí han sido todo un paraíso; al principio pensé que nos íbamos a quedar encerrados en la cabaña por toda la semana, pero no fue así; al siguiente día de nuestra llegada Dylan se encargó de darme todo un tour por la isla y de llevarme de compras a pesar de mis incontables protestas; desde ya hemos conseguido varios regalos tanto para Marquitos, como para mis padres y sus hermanos, mañana hemos quedado en buscar también regalos para nuestros amigos, ya he podido hablar con mi madre y le he contado lo bien que la estamos pasando en nuestra escapada y ella me ha informado de las actividades recreativas que han estado haciendo con Marcos y la familia de Cloe.

Mis recuerdos se esfuman en cuanto siento la presencia de Dylan en la habitación por lo que me acuesto boca arriba y envuelvo una de las sábanas en mi cuerpo desnudo para hacerle frente; como siempre se ve totalmente hermoso con sus bermudas y una camisa sin mangas, camina lentamente hasta mi lado y deja la bandeja con nuestro desayuno sobre una de las mesitas de noche que hay cercana.

— ¿Cómo te sientes esta mañana, pequeña mía? —Me pregunta en voz baja sentándose a mi lado y tirando de mí hasta su regazo.

—Bastante bien. —Le respondo en voz baja ubicándome a horcadas de su cuerpo. —Te extrañé a mi lado en cuanto me desperté. —Le susurro antes de besarlo lentamente, él me corresponde inmediatamente y una sonrisa se le escapa en medio de nuestro beso cuando empiezo a mover mis caderas sobre su miembro que ya empieza a endurecerse; en estos pocos días que hemos compartido juntos hemos hecho el amor incontables veces y siento que me he vuelto adicta a ello por la manera en que el me ama y me complace inmensamente.

—Todos los días me dices lo mismo. —Me responde fingiendo reproche.

—Eso es porque todos los días extraño despertarme en tus brazos. —Ante mis palabras él me regala una enorme sonrisa, al parecer estos pocos días también me han servido para abrirme un poco más con él, tanto en el plano sentimental como en el sexual, poco a poco me voy atreviendo a más cosas con él, hasta el punto de llegar a atacarlo ayer en la ducha logrando que termináramos haciéndolo contra la pared de una forma ruda y apasionada.

—Mmm. —Ronronea el contra mi oído cuando empiezo a besar su cuello lentamente. —Bueno no puedo permitir que te sientas sola o abandonada, ese no es el propósito de este viaje. —Me dice antes de deshacerse de la sabana que rodea mi cuerpo dejándola arremolinada en mi cintura, yo me apresuro a deshacerme de su camisa y cuando el alza sus caderas un poco para bajar la bermuda que lo cubre, su pene salta a la libertad completamente duro, erguido, e hinchado, con su punta roja como la cereza de un pastel.

Me lanzo a sus labios robándole un gemido de apreciación y luego me levanto un poco para tomar su erección en una de mis manos y guiarla hasta la entrada de mi sexo, sé que a él lo vuelve loco que cada vez me atreva más en nuestros momentos íntimos, me lo ha demostrado más de una vez; empiezo a bajar sobre su dura erección y él rompe nuestro beso para echar su cabeza hacia atrás y gemir fuertemente, apenas estoy completamente empalada por su miembro muevo mis caderas en círculos provocándonos un gemido de placer a ambos, él se aferra con fuerza a mi cintura; pero como siempre respeta mi ritmo y me deja manejar la situación a mi antojo, unos segundos después empiezo a subir y bajar sobre su miembro hasta que lo estoy cabalgando con fuerza.

El placer que me provoca esta posición me hace rodar los ojos y aferrarme a su cuello con mis uñas; lo cual hace que el gima con fuerza y guie sus caderas hacia arriba a mi encuentro haciendo que delire de placer, luego de unos minutos él lleva uno de sus manos hasta mi mejilla y la acaricia con delicadeza para después empezar a bajarla por el valle de mis pechos acariciando con reverencia mi cicatriz en el proceso, su mano baja cada vez más y yo me muerdo el labio inferior sabiendo de antemano a dónde quiere llegar.

En el momento en que uno de sus dedos se topa con mi clítoris él acerca su boca a mi oído y me habla con una voz llena de placer y deseo que me hace estremecer. —Córrete para mí, déjame saber cuánto te gusta que te haga el amor. —Sus palabras son un detonante para mí y unos segundos después me estoy arqueando contra su pecho mientras que alcanzo un orgasmo que me hace ver fuegos artificiales, él me sostiene todo el tiempo y luego me deja sobre la cama para empezar a embestirme con rudeza y desesperación alargando mi clímax; después de unos segundos en medio de mi neblina de placer logro escuchar como grita mi nombre y siento las ráfagas de su simiente llenar mi interior.

Como siempre que llegamos al punto final de nuestros encuentros sexuales nos quedamos abrazados al otro acariciándonos con ternura en un ambiente de paz y tranquilidad. —Te amo, te amo demasiado.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio