La semana empieza bien, sigo la rutina laboral de siempre, traen nuevos libros ya sea para corregir o para ilustrar y yo me encargo de hacer mi trabajo profesionalmente, los días transcurren bien entre los libros, el tiempo con mis compañeros y las llamadas y mensajes de Dylan, es un poco increíble pensar en que ya somos novios y aunque suene tonto se me hace como un sueño, por lo que siempre que pienso así llevo mi mano a mi pecho para tomar entre mis dedos el dije en forma de micrófono que ahora adorna mi cuello y que me confirma que todo ha sido real.

Cloe fue la primera persona en enterarse o mejor dicho en descubrirlo, pues cuanto notó la cadenita inmediatamente quiso saber de dónde provenía, por lo que termine contándole todo sobre la cena y la declaración de Dylan el fin de semana pasado, pues ella estaba tan ocupada en reuniones que no me había podido someter al interrogatorio sobre mi cita, creo que por poco provoca la evacuación de la cafetería entera con el grito que dio cuando le confirme que Dylan y yo ya somos novios oficiales. Luego de asegurarle a todo el mundo que no pasaba nada grave me felicitó y me dejó claro que ahora sí que tenía los derechos para empotrarlo contra la pared libremente, cosa que ignoré abiertamente, como siempre.

La segunda persona en enterarse fue mi madre y no precisamente por mí, pues ese mismo día por la tarde me hizo una llamada que muy amable y entrometidamente Cloe atendió, como no era la primera vez que ella me robaba el teléfono para chismorrear con mi madre no le di importancia, pero cuando escuche que mi loca amiga empezaba a comunicar que teníamos un nuevo miembro en la familia intente arrebatarle el celular fracasando por completo.

Sólo cuando se había puesto al día con mi madre en halagos hacia Dylan y sus bendiciones físicas me devolvió el teléfono y salió huyendo cobardemente de mi oficina dejándome una madre muy emocionada al otro lado de la línea, luego de intentar calmar por un buen rato el parloteo de mi madre sobre los preparativos que debía tener en cuenta para una futura boda, mi padre me salvó quitándole el teléfono y distrayéndola.

A pesar de que pensé que le saldría su papá oso interior al enterarse, al final admitió sutilmente que estaba feliz por mí y por mi nueva relación ya que Dylan le pareció un buen muchacho, pero también me dejo claro que eso no lo salvaría de una fuerte paliza si se le ocurría hacerme daño. Después de haber conversado otro poco con mi padre me despedí cariñosamente y me enfoque nuevamente en el trabajo.

Estoy concentrada terminando una complicada ilustración para un libro cuando unos suaves toques en mi puerta me interrumpen, todo mi bello se eriza y una sensación de malestar se asienta en mi estómago cuando levanto la vista y me encuentro con la mirada penetrante y fría de Lucas Zapata.

—Bu-buenas tardes, señor Zapata, pase por favor. —Le digo poniéndome de pie y haciéndole un gesto con la mano para que ingrese a mi oficina.

—Señorita Brooks, que placer volver a verla. —Me dice acercándose hasta donde estoy parada, estira su mano y le doy un apretón lo más segura que puedo.

—Siéntese por favor, ¿teníamos cita hoy?; lo siento, no lo recordaba. —Me encuentro muy confundida, pues la verdad es que no recuerdo haber agendado ninguna cita con él.

—No en realidad.

—Bueno, pues me enteré de que el libro que me encargué de corregir ha sido publicado hace poco, felicitaciones, por cierto. —Le digo intentando averiguar por qué se ha presentado a mi oficina.

—Muchas gracias, su jefa me estuvo avisando de todos los progresos que hubo con mi obra, es más, justo por eso vine, no sé si su jefa le comentó pero le envié un nuevo trabajo hace poco y quiero que sea usted quien lo corrija, pues me gustó mucho el trabajo que realizó en mi obra anterior. —Su declaración me deja totalmente descolocada y más por la forma en que me mira, me hace sentir incomoda.copy right hot novel pub