El domingo por la tarde Dylan me acompaña hasta el aeropuerto para recoger a mis padres, en el camino no puedo evitar estar ansiosa y muy habladora, creo que él encuentra bastante divertido el hecho de que prácticamente este hablando hasta por los codos, pues una gran sonrisa adorna su rostro, mientras que escucha atentamente todo mi parloteo sobre las cosas que quiero hacer cuando mis padres lleguen; él no me interrumpe en ningún momento o mejor dicho yo no le permito hacerlo con todo lo que hablo. Creo que ahora entiendo los ataques de vomito verbal que sufre Cloe, pues estoy pasando por uno de ellos y es que la emoción por ver a mis padres de nuevo, después de un mes largo, es demasiada.

Cuando llegamos al aeropuerto siento ganas de salir corriendo para poder ver por fin a mis padres y abrazarlos, pero sé que debo tomar las cosas con calma; espero de la manera más paciente que puedo a que él se baje y rodee el auto para ayudarme a salir. Cuando llegamos a la terminal de desembarque esperamos a que anuncien la llegada del vuelo, él se queda a mi lado abrazándome contra su costado y haciendo bromas sobre las maletas que llevan algunas personas logrando que me ría de sus tonterías.

Estamos intentando adivinar sobre el contenido de un enorme huacal que llevaba una mujer de aspecto extraño, cuando por los altavoces se escucha el anuncio de la llegada del vuelo de mis padres, Dylan deshace su abrazo para entrelazar nuestros dedos y luego les da un suave apretón.

Las personas empiezan a salir por las grandes puertas y yo me pongo alerta buscando alguna señal de ellos; poco a poco van saliendo menos personas y entonces los veo, vienen acompañados por un guardia del aeropuerto que ayuda a mi madre con las maletas, ella acompaña lentamente a mi padre que camina con la ayuda de un par de muletas, según lo que mi madre me contó, fueron a una consulta con un médico de la isla en donde estaban y este le dio el visto bueno a mi padre para retirarle el yeso antes de regresar, aun así mi madre me contó que le recomendó apoyarse en las muletas para dejar recuperar la pierna por completo.

Me separo lentamente de Dylan y luego ayudamos a mi padre a sentarse en una silla cercana en el momento en que llegan hasta nosotros, tan pronto está acomodado lo abrazo haciéndolo reír, puedo escuchar como Dylan y mi madre se saludan y hablan un poco, pero yo aún no quiero soltar a mi padre; cuando por fin me despego de él, acaricia mi mejilla y deja un beso en mis manos.

Me doy la vuelta y soy envuelta por dos pequeños brazos, mi madre me abraza con fuerza y yo le correspondo con emoción, mientras que Dylan se acerca a mi padre y le da la mano, pero mi padre tira de él y lo abraza palmeando su espalda varias veces; ese gesto me hace muy feliz, pues me deja saber que él acepta a Dylan. Cuando mi madre por fin me suelta Dylan y yo les preguntamos cómo ha estado su vuelo.

Dylan se ocupa de sus maletas adelantándose al auto, yo camino lentamente al lado de ellos, mi madre y yo le insistimos a mi padre en que deberíamos conseguirle una silla de ruedas para que no se sobre esfuerce, pero él se niega rotundamente a recibir cualquier tipo de ayuda, su terquedad siempre se mantiene con él y sé que mi madre piensa lo mismo cuando la veo rodar los ojos.

Cuando estamos cerca del auto, Dylan ayuda a mi padre a subir en la parte de atrás a pesar de sus protestas, luego ayuda a mi madre y yo acomodo las muletas en el auto, camino hasta la puerta del copiloto y cuando estoy a punto de subir Dylan me ayuda haciéndome sonreír. Luego, nos conduce hasta mi departamento, ya que después de mucho insistirle a mis padres, logré que aceptaran quedarse hasta mañana conmigo, cuando le conté mi idea a Dylan, se mostró un poco reticente, pero luego de asegurarle que no saldría sin mis padres o hasta que él llegará a recogerme el lunes para ir al trabajo, aceptó.

Apenas llegamos a mi departamento mi madre lleva a mi padre a la habitación de huéspedes para obligarlo a descansar un rato, mientras que ellos se ausentan logro convencer a Dylan para que se quede a cenar con nosotros. Preparamos algo juntos mientras que hablamos sobre la fiesta de cumpleaños de Miguel, Cloe ya nos proporcionó la información sobre nuestros disfraces y también escogió el estilo, nosotros sólo tenemos que ir a la tienda y reclamarlos, pero por orden suya tenemos prohibido ver el disfraz del otro, situación que tiene a Dylan algo enfurruñado.

Mientras terminamos de preparar la cena él me repite incontables veces que no ve la hora de verme en mi disfraz, yo me quedo callada, pero tengo el mismo pensamiento que él, no veo la hora de ver cómo será su disfraz y qué tan sexy se verá, Cloe aún no ha permitido que yo reciba el mío, según ella es mejor que ambas vayamos juntas hasta la tienda y reclamemos nuestros disfraces para así ella poder ver cómo me queda el mío y saber si hay necesidad de hacerle algún arreglo.

Antes de llamar a mis padres para que salgan a cenar, Dylan me arrincona en la cocina y me besa apasionadamente, robándome el aliento, me aferro a sus hombros con fuerza y juego con su cabello entre mis dedos.

—No quiero dormir sin ti entre mis brazos esta noche. —Me dice dejando que nuestros labios se rocen en cada palabra, lo miro a los ojos y pienso que yo tampoco lo quiero.

—Quédate. —Me pongo de puntitas y beso su mejilla, dejo otro beso en la esquina derecha de sus labios y luego el voltea el rostro atrapando mis labios entre los suyos.

—No quiero incomodar a tu padre, sé que para él aún es difícil verte con un hombre a tu lado. —Su preocupación por mi padre me hace sonreírle tiernamente, definitivamente es un hombre muy especial.

—Él ya entiende que estoy contigo y sabe que soy una mujer grande y lo va a respetar. Además, ellos mañana se irán temprano porque mi padre no ve la hora de estar de vuelta en la hacienda. —Juego con el cuello de su camisa mientras hablo en voz baja, sus dedos toman mi barbilla con delicadeza y me encuentro con una mirada picara en su rostro.

—Está bien, pero no dejaré que te propases conmigo, señorita.copy right hot novel pub