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(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 83

Me encuentro a Dylan hablando con Danilo y Kathy, al parecer ellos también van de salida, apenas estoy al lado de Dylan los cuatro salimos del departamento de Miguel y en cuanto llegamos a mi puerta nos despedimos de nuestros amigos; Dylan espera pacientemente a que abra la puerta y entonces se me ocurre una idea; me demoro más de lo normal abriendo y en cuanto lo hago me paro en el marco de la puerta impidiéndole la entrada a Dylan, él sólo me mira con confusión.

—Creo que no puedo dejarte entrar. —Le digo en voz baja.

—¿Qué?, ¿Porque? —Su mirada me hace querer sonreír, pero me quedo lo más sería que puedo.

—Bueno, mi abuelita me ha dicho que no debo hablar con extraños y creo que un lobo feroz entra en la descripción perfectamente. —En cuanto termino de hablar una sonrisa enorme se apodera de su rostro, creo que ahora sí que ha comprendido mi juego.

—Bueno, igual creo que podríamos arreglar eso… O si no soplaré y soplaré y tú casa derrumbaré. —Sus palabras me dejan muda por completo, luego una carcajada se me escapa haciendo que él sonría aún más.

—Eso es de los tres cerditos, Dylan.

—¿Sí?, bueno, no importa, de todas maneras ambos sabemos que terminaré comiéndote. —Antes de que pueda responderle se lanza a besarme apasionadamente rompiendo mi juego y creo que no podría importarme menos, luego logro escuchar como la puerta se cierra detrás de nosotros.

Dejo caer mi cestita sin importarme en donde queda y me aferro a sus hombros cuando me levanta del suelo haciendo que envuelva mis piernas en su cintura, Dylan no se preocupa por tropezarse con los muebles mientras que camina hasta mi habitación; en cuanto llegamos me deja caer en la cama y se queda de pie frente a mí sin hacer nada por unos segundos, luego me quita los tacones con lentitud haciéndome suspirar de alivio en cuanto termina, me quedo quieta mientras que él masajea suavemente las plantas de mis pies.

—Bien, creo que ahora podremos seguir con el juego.

—¿Ah? —Pregunto confundida.

—Sí, con eso de por qué tengo todo tan grande. —Me mira pícaramente y yo niego con la cabeza riéndome fuertemente.

—¿Estás hablando en serio? —Le pregunto acariciando las largas orejas de la máscara cuando él se acuesta encima de mí.

—Sí, anda, pregúntame. —Desata mi capa lentamente y luego adentra una de sus manos por mi vestido haciéndome estremecer, lo miro fijamente y luego tomo un profundo respiro antes de mirar su pecho.

—Emm, señor lobo feroz ¿Por qué tiene las orejas tan grandes? —Le pregunto suavemente acariciando las orejas felpudas haciendo que él sonría abiertamente.

—Porque son para escuchar tus gemidos muuuchoooo mejor. —Sus palabras crean una punzada deliciosa en mi vientre y muerdo mi labio cuando él deja un pequeño mordisco en el lóbulo de mi oreja.

—Y… por qué… ¿por qué tiene una boca tan grande? —Dejo caer mi cabeza contra el colchón cuando la mano debajo de mi vestido se encuentra con mi sexo húmedo y necesitado.

—Es para poder llevarte al cielo mientras devoro tu delicioso y mojado coño. —La respiración me falla, desde que estamos juntos Dylan nunca me ha hablado así y lo gracioso es que eso en vez de incomodarme me hace estremecer de placer, acaricio su cuello bajando hasta sus grandes brazos.

—Y… ¿Por qué tiene los brazos tan grandes señor lobo feroz?

—Son para poder acariciarte y empujarme dentro de ti mucho mejor.copy right hot novel pub

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