Modo oscuro
Idioma arrow_icon

(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 84

POV Dylan

Me remuevo un poco en la cama acurrucándome contra el pequeño cuerpo de Sophie, ella murmura algo, pero no entiendo que quiere decir; ayer o mejor dicho hoy, ya que nos quedamos dormidos en la madrugada, hicimos el amor otras dos veces, en las que me aseguré de recorrer cada parte de su cuerpo con caricias y besos, por lo que supongo que debe estar bastante cansada. Debería haber tenido un poco más de cuidado, pero es que cada vez que la toco todos los pensamientos racionales y lógicos se escapan de mí.

Inhalo profundamente su delicioso olor enterrando mi rostro en su cuello, ella suelta un leve quejido de protesta, pero yo dejo un beso en su blanca piel logrando que se estremezca. Me acomodo aún más contra su cuerpo y ella lo permite dócilmente; recorro su cuello con mis labios, ella se remueve un poco, pero luego se sostiene de mis hombros con fuerza; después de unos minutos mis manos toman vida propia y empiezan a recorrer su cuerpo lentamente, es una gran ventaja que esta madrugada después de habernos dado una rápida ducha, la haya podido convencer de dormir prácticamente desnudos, pues ella sólo conservó sus bragas y yo me quedé en bóxer.

En cuanto mi mano conecta con uno de sus pechos desnudos y acaricia su pezón, ella abre los ojos y me mira fijamente, acerco mis labios a los suyos y la beso a pesar de que intenta apartarse, agarro su duro pezón entre mis dedos y lo retuerzo logrando que ella se entregue a nuestro beso. Poco a poco me acomodo sobre su cuerpo y ella abre las piernas provocando que nuestros sexos se encuentren haciéndonos gemir. Profundizo nuestro beso estremeciéndome cuando ella desliza sus manos por mi cuello y juega con mi cabello, siento como enrolla sus piernas alrededor de mi cintura logrando que mi erección presione un poco más en su sexo, rompo nuestro beso y dejo que se me escape un ronco gemido, entonces empiezo a frotarme contra ella y sus gemidos no se hacen esperar en el silencio de la habitación.

Aprieto un poco los dientes cuando siento que la punta hinchada de mi pene se roza con el material de mi bóxer, ¡Joder, eso duele!, Sophie acaricia mi mejilla preguntándome con voz entrecortada qué está mal, pero cuando mis ojos conectan con los suyos contiene la respiración, creo que puede ver el hambre y el deseo crudo y puro que me consume en estos momentos.

Me regala un suave asentimiento y sé que tiene tantas ansias como yo porque nuestros cuerpos se conecten al fin. Me separo bruscamente de ella y bajo mi bóxer con rapidez, ella alza sus caderas y empieza a bajar sus bragas, pero mi paciencia se rompe y me acerco rasgando la delgada tela de su ropa interior dejándola colgar de una sus piernas.

Abre sus piernas nuevamente y me acomodo sobre ella, deslizo mi duro pene por sus mojados pliegues tres veces y antes de que ella pueda reprochar nada, la penetro de una estocada soltando un potente gruñido, su cuerpo se arquea contra mi pecho y un fuerte grito se escapa de sus labios, me asusto pensando que le he hecho daño, pero entonces un largo gemido sale de sus labios dejándome saber que le ha gustado tanto como a mí. Tomo sus piernas entre mis manos y las envuelvo en mi cintura para penetrarla más a fondo y el mundo deja de existir; empiezo a penetrarla de manera rápida y un poco fuerte, ella aferra sus manos a mi espalda y por el ardor que siento en ella, sé que tendré la marca de sus uñas en mi cuerpo.

Sus fuertes gemidos invaden por completo la habitación, su apretado sexo presiona deliciosamente mi pene y tengo que apretar los dientes controlando el orgasmo que siento que se me avecina, en medio de mi densa neblina de placer acerco con cuidado mis labios a los suyos y la beso con desesperación, ella se aferra con más fuerza a mí y me corresponde de forma ágil y feroz. Cambio un poco el ángulo de mis caderas y cuando ella rompe nuestro beso y jadea fuertemente, sé que he encontrado el punto clave para su placer, por lo que empiezo a penetrarla con un poco más de fuerza; en el momento en que un potente orgasmo se apodera de su cuerpo y sus piernas tiemblan violentamente, yo tengo que agarrar la base de mi hinchado pene para evitar correrme, pues sus paredes vaginales me aprietan fuertemente y aún no quiero correrme, quiero más de su cuerpo.

Con las piernas temblorosas me muevo hasta el borde de la cama intentando no romper nuestra conexión, apenas estoy acomodado en el borde la cama, alzo sus piernas y las dejo en mi pecho; ella apenas y está bajando de su nube de éxtasis y yo aprovecho para alargar su orgasmo saliendo lentamente de ella y penetrándola fuertemente. El sonido de nuestros cuerpos chocando es opacado por el fuerte gemido que suelta mientras se arquea violentamente en la cama, sostengo sus piernas firmemente, entonces empiezo a embestirla sin tregua, ni descanso, de una manera fuerte y ruda; ella gime desesperada y logro ver como algunas lágrimas se escapan de sus ojos, pienso en detenerme, pero ella abre los ojos y puedo ver en ellos el placer intenso que la recorre.

Guio mis manos hasta sus caderas y la agarro fuertemente, puede que le esté dejando marcas pero estoy completamente dispuesto a besarlas y curarlas después. En cuanto sus paredes me aprietan de nuevo la atraigo con desesperación a mi encuentro logrando que se sostenga con fuerza a las sábanas y que la cama se mueva un poco. Cuando siento que un poderoso y potente orgasmo la alcanza, me dejo ir dejando caer la cabeza hacia atrás y soltando varios gruñidos de placer, puedo sentir como me vacío dentro de ella y cuando siento que he acabado nuevo mis caderas en círculos lentamente.

Siento las piernas inestables por lo que me dejo caer con cuidado sobre su cuerpo, pero entonces me doy cuenta de que su cuerpo está completamente laxo. Frunzo el ceño y me acerco hasta su rostro revisándola.

— ¿Cielo? —Apenas estoy cerca de ella muevo su rostro y noto que está inconsciente. — ¿Sophie? —Le digo preocupado, sacudiéndola suavemente, cuando veo que no me responde me tenso por completo y la reviso por todas partes, miro torpemente su pulso y me doy cuenta de que al parecer se ha desmayado, suelto un suspiro de alivio y escondo mi cabeza en su cuello. Luego me levanto rápidamente, ignorando el temblor en mis piernas para ir al baño por una toalla; quito los restos de sus bragas de su pierna y la limpio suavemente entre las piernas, entonces siento que empieza a removerse contra mí.

— ¿Dylan? —En cuanto escucho que me llama suavemente la miro fijamente.

—Aquí estoy, cielo.

— ¿Qué…?

—Creo que te desmayaste. —Le digo con un tono pícaro guiñándole un ojo.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio