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(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 85

La semana ha avanzado muy bien y cada vez me quedan menos cosas por resolver en la emisora, María mi secretaria se puso bastante triste cuando se enteró de mi renuncia, pero le prometí visitarla de ahora en adelante, es una excelente mujer. Hoy Sophie vendrá a almorzar conmigo y no veo la hora de que llegue, ya me ha enviado un mensaje avisándome que salió de la editorial. Me encuentro organizando unos archivos detrás de mí escritorio, cuando siento que la puerta se abre, una sonrisa se apodera de mi rostro cuando imagino que de seguro es ella.

—Llegaste pronto, cielo. —Me doy la vuelta para mirarla, pero mi sonrisa se borra al encontrarme con Verónica Taborda de pie frente de mí con una sonrisa que me da escalofríos, viste un largo chaleco de color negro y deja su bolso en una de las sillas que hay frente a mi escritorio, despreocupadamente.

—Bueno, creí que te daría una sorpresa, pero al parecer no ha sido así. —Su voz es baja y ronca mientras que me recorre con la mirada, me pongo de pie y me quedo serio mirándola fijamente.

—En realidad, señorita Taborda, no quiero ser grosero, pero usted no es la persona a quién esperaba. —Ella no se inmuta por mis palabras, al contrario, hace un gesto con la mano restándoles importancia.

—Bueno, no importa, igual estoy aquí y podemos aprovechar el tiempo. —La miro con confusión cuando veo que se pasa la lengua lentamente por su labio superior.

—Bueno, estoy seguro de que alguno de los chicos de farándula estará más que encantado de atenderla, señorita Taborda, ya que yo no puedo. —Un gesto de irritación se apodera de su rostro y camina más cerca dejando el escritorio entre nosotros.

—Verás, Dylan, siempre que quiero algo, lo consigo y justo ahora… te quiero a ti. —Veo se abre el chaleco lentamente y en cuanto veo que sólo tiene ropa interior debajo de él, retrocedo por completo, ¿qué mierda?, esta mujer está loca.

—Escuche, en serio que no quiero ser grosero, pero va a ser mejor que se marche. —Ella niega lentamente con la cabeza y empieza a rodear el escritorio caminando hacia mí con una sonrisa diabólica en su rostro, ¡Mierda! Está hablando en serio con lo de tenerme, en serio tiene que irse, pero me niego a tocarla, camino al lado contrario del escritorio y tomo el teléfono rápidamente marcándole a María.

— ¿Señor Castillo?

—María, quiero a seguridad aquí, ¡Ya! —Ella está por decirme algo, pero la comunicación se corta cuando Verónica se cuelga de mi cuello e intenta besarme, gruño fuertemente y dejo caer el teléfono intentando quitar sus manos de mi cuello, pero me entierra las uñas haciéndome apretar los dientes.

— ¡Basta!, largo de mi oficina. —Ella tiene la desfachatez de reír escandalosamente, pensando que estoy jugando, libero sus manos de mi cuello y ella resopla indignada, estoy por tomarla del brazo y sacarla yo mismo del lugar cuando siento que se lanza de nuevo hacia mí, arañando mi pecho y de paso llevándose el relicario que me dio Sophie con ella, cuando escucho que la cadena se revienta se me corta la respiración y siento que veo rojo.

— ¡Que te largues de mi puta oficina! —Rujo fuertemente haciéndola retroceder, se acerca de nuevo a mí, se aferra a mi brazo y cuando está por decirme algo la puerta se abre interrumpiéndola, entonces me encuentro con los ojos sorprendidos de mi pequeña, los hombres de seguridad y María están detrás de ella. Antes de que pueda decirle algo a Sophie ella ve mi relicario en las manos de Verónica y un gesto de furia que no he visto jamás se apodera de su rostro, camina rápidamente hacia Verónica y le arrebata el relicario de su mano.

—Quítale tus sucias garras de encima.copy right hot novel pub

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