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(COMPLETO) Este loco que te mira

Capítulo 19

Bajo lentamente regando besos a lo largo de su cuello hasta llegar sobre la seda que cubría su pecho, y fue en ese momento, cuando ella dejó de resistirse. No llevaba sostén, y cuando Dominic humedeció la delgada tela con la lengua, sintió que la suave cima se elevaba contra su propia voluntad. Pasó la boca por aquella delicada punta, lamiéndola y mordisqueándola hasta que Lien se quedó inmóvil con un suave jadeo debajo de él.

Dominic metió la mano entre sus muslos, encontrando el suave calor en la entrada de su cuerpo deslizando un dedo dentro de élla. Lien estaba húmeda y dispuesta a todo. Su cuerpo lo aceptó de buena gana, sintiendo una oleada de sensaciones, las cuales no recordaba haberlas sentido con Leo. Deslizando un segundo dedo dentro de ella, Dominic le cubrió la boca con la suya. Lien gimió y se retorció para poder estar todavía más cerca de él, arqueando las caderas hacia el calor de su mano. La besó y siguió excitándola, adorando los pequeños sonidos que hacía, sentirla retorcerse debajo de él, lo llenó de felicidad.

Cuando la sintió tensarse ante la proximidad del clímax, retiró los dedos y se desabrochó los pantalones. Con avidez rebusco en el, sacando de su billetera un condón, el cual rasgo tan rápido como le daban los dedos. Nunca en sus treinta y cuatro años se había sentido tan desesperado, ni tan temeroso a ser rechazado en un momento como ese. Una vez perfectamente colocado el látex, se acercó a ella, despojandola totalmente del camisón y de sus braguitas, dándole aquella imagen una descarga eléctrica en su miembro ya excitado.

Lien le sonrió y lo guió hacia el lugar donde quería que estuviese. Rápidamente encontró su entrada cálida y húmeda. Su cuerpo lo ciñó con una delicada y deliciosa presión, enfundándolo dulcemente. No tardó en empezar a gemir de placer mientras él se hundía en una serie de profundas embestidas que no tardaron en llevarla a un tembloroso orgasmo.

-No me sueltes aún mi amor.- Le susurro mientras embestía con un ritmo que la hacía desear cada vez más.

Obedeciendolo, ella le rodeó la cintura con las piernas y él le hizo el amor hasta que su pasión fue consumida en una súbita explosión de éxtasis. No quería retirarse de ella, no quería soltarla. El oxígeno rasguñaba sus pulmones por la manera violenta de respirar. Se quedaron unidos un rato más, hasta calmar sus emociones sin decir una palabra. A Quién demonios le importaban las palabras cuando aquel acto lo decía todo?

Luego de lavarse y volver nuevamente a la cama, el silencio siguió instalado allí, pero una pícara sonrisa revelaba lo felices que se sentían. Lien sabia que Dominic no comenzaría una conversación, quizá no era conveniente tener una después de tener sexo.copy right hot novel pub

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