Modo oscuro
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(COMPLETO) Las crónicas de Aralia (2): Reina

XXX

Ni sueños ni pesadillas. Aquella noche, todo era oscuridad, o al menos eso es lo único que recuerdo. Cuando me desperté, Axel seguía en la misma silla, pero en esa ocasión sí me estaba mirando. Sus ojos estaban clavados en los míos, lo cual me incomodó bastante.

—¿Cómo te encuentras? —me preguntó sin mover un músculo.

—Mejor —me incorporé un poco.

Continuó mirándome detenidamente y después asintió.

—El antídoto actúa rápidamente, por lo que ya apenas tendrás suero azul en tu organismo —comentó.

—Me alegro. ¿Eso significa que hoy ya podré entrenar? —le pregunté.

—Esta tarde. Será mejor que descanses hasta entonces.

—Puedes irte, no va a pasarme nada.

—Eso no lo sabes. Me quedaré contigo, Nicole, te guste o no.

—Genial —me levanté de la cama—, pero a la ducha no me sigues.

Axel emitió una especie de gruñido, pero no se movió.

—No me tientes —dijo.

Me dirigí al armario, cogí ropa limpia y me metí en el baño. Mientras llenaba la bañera, me fui desnudando. Después me metí en ella lentamente y disfruté del agua caliente en contacto con mi piel. Me quedé así unos minutos y después cogí una esponja, la empapé en jabón y me fui frotando todo el cuerpo con ella. Era una sensación deliciosa.

—Nicole, no tardes demasiado —me dijo Axel desde el otro lado de la puerta.

Sonreí y decidí divertirme un rato.

—Vaya, con las ganas que tenía de que te metieras aquí conmigo...

—Nicole... —sonó su voz algo ronca.

—Vamos, Axel. Sólo es un baño. ¿Qué daño podría hacerte?

—No juegues, Nicole.

Me mordí el labio, pero no pude evitarlo y estallé en carcajadas. Me salí de la bañera y me enrollé en una suave toalla de color crema. Después de secarme, me coloqué la ropa interior seguida de las prendas que había escogido para aquella mañana.

Cuando salí, Axel se encontraba de pie junto a la puerta del baño.

—¿No tienes cosas importantes que hacer? —le pregunté.

—Kayla se está encargando de todo.

—¿Qué lugar es este?

Axel no respondió, sino que se limitó a seguirme con la mirada mientras yo me sentaba en la cama.

—Estamos en una casa de cazadores parecida a la que estuviste cuando los vampiros te secuestraron —me explicó—. Creí que sería más seguro que tu habitación no tuviera ventanas. Estás más protegida así.

—Axel, no voy a estar en esta habitación siempre. La mayor parte del tiempo la pasaré fuera de ella.

—Pero fuera estaré yo para protegerte. No pienso separarme de tu lado —me miró fijamente a los ojos.copy right hot novel pub

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