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(COMPLETO) Las crónicas de Aralia (2): Reina

LII

Primer grupo. En él se encontraban los cazadores que voluntariamente, a excepción de Kendall, se habían ofrecido a emprender el camino hacia el remoto lugar secreto en el que se encontraba el trono. Su misión era llegar hasta aquel recóndito escondite para protegerlo y defenderlo de cualquier intruso. Es decir, cuidar del trono hasta que llegara el momento de sentarme en él.

Kendall había sido obligado a marchar con aquel grupo por órdenes de Axel. De modo que a la mañana siguiente ya se había ido sin siquiera poder despedirse de mí ni yo de él. Cabía la posibilidad de que el lugar hubiera sido descubierto por otras criaturas y tuvieran que luchar para recuperarlo. O también que algunos intentaran penetrar en el sitio cuando los cazadores estuvieran dentro. Podían ocurrir mil cosas y Kendall podía salir herido o incluso perecer. Ni siquiera había podido decirle lo mucho que él significaba para mí, aunque supuse que lo sabría.

Axel se encargaría de mis entrenamientos exclusivamente a partir de aquel momento. Lo que significaba que yo no aprendería más y moriría al sentarme en el trono. Su poder acabaría conmigo.

Rogué y supliqué a Joel que me ayudara, pero él no podía hacer nada. Axel había tomado el control de todo y no toleraba que nadie le diera órdenes, ni siquiera consejos.

—Ya ni me pregunta antes de actuar —me contó Joel durante la comida—. No sabía que iba a mandar a Kendall con los cazadores del primer grupo. Cada vez que me acerco a él con intención de darle mi opinión, él me desprecia. Está descontrolado, Nicole, y esto empeorará con el paso del tiempo.

—¿A qué te refieres? —le pregunté.

—¿No lo notas? El cazador está más nervioso y se vuelve más paranoico conforme va llegando la hora. Ya falta poco, Reina, y él lo sabe.

—Necesito seguir con mi entrenamiento, Joel. Mi entrenamiento real —supliqué con la mirada.

—Si pudiera hacer algo, no dudaría. Sin embargo, mientras Axel esté ocupado, yo puedo dedicarme a buscar el códice que nos hace falta para averiguar sus intenciones —me hizo entender—. No todo es malo, solo tienes que ver el lado bueno de las cosas.

—Ahora mismo no puedo hacer lo que me pides —inspiré profundamente, tratando de calmar mi ansiedad—. Tú mismo lo has dicho, Joel: falta muy poco. ¿Qué pasará cuando llegue el día y yo no esté preparada? ¿Qué ocurrirá cuando me siente en el trono y este no me reconozca como Reina por mi falta de entrenamiento? No quiero ni pensar en lo que podría…

—Nicole, para —el cazador colocó su mano en mi brazo—. No estás sola en esto, ¿de acuerdo? Voy a ayudarte. No puedo entrenarte yo mismo porque si Axel lo descubriera ni me imagino las consecuencias que tendría para ti. A mí ya no puede hacerme nada, pero a ti sí, y no me gustaría verte peor. Ya has sufrido bastante.

—¿Qué sugieres? —le pregunté.

—Que entrenes por tu cuenta, sola. Sé que Kendall te ha enseñado muy bien y ya tienes conocimiento sobre la mayor parte. Hay manuales, Reina, libros que enseñan a entrenar cazadores por si algún día nos pasara algo. Es nuestro legado.

—¿Cuáles son esos manuales y dónde están?

Joel sonrió y después de la comida me acompañó hasta la biblioteca, donde me señaló varias estanterías atestadas de libros, como todas. Me percaté entonces de que los libros de cada fila eran de un color diferente y los de abajo parecían más antiguos que los de arriba. Enseguida me pregunté cómo estarían ordenador. ¿Por antigüedad?

—Estos viejos libros que ves aquí son los manuscritos escritos por y para cazadores —me contó—. En sus páginas, escritas obviamente a mano, se encuentran todos los secretos necesarios para el entrenamiento —señaló entonces el estante más bajo que contenía los volúmenes de color rojo—. Estos de aquí se corresponden con el primer nivel, los entrenamientos más básicos. Hay ejercicios, movimientos, información… Esto depende de cada persona, pero diría que para completarlos harían falta unos cuatro o cinco meses. Los del segundo nivel —miró entonces el segundo estante empezando por abajo, con libros de color naranja— son un poco más complejos. Digamos que aquí se ven las armas en su integridad y lo que es necesario para matar a cada criatura. Parte de esos conocimientos también se encuentran en los volúmenes del tercer nivel —señaló el tercer estante con libros de un verde oscuro—. A continuación se encontrarían los libros del cuarto nivel —de color azul oscuro—, los del quinto —marrones— y los del sexto —grises—. Haciendo una deducción aproximada, te aconsejaría empezar por los libros del nivel tres.copy right hot novel pub

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