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(COMPLETO) Las crónicas de Aralia (2): Reina

LIII

—¿De verdad Axel ha hecho eso?

Chris se encontraba bastante sorprendido ante la noticia de que Kendall había sido incluido a última hora en el primer grupo de partida. No les había contado que él me había estado entrenando, sino que fueron ellos los que me preguntaron cómo estaba el cazador y dónde se había metido. Era una buena excusa para explicar por qué estaba tan dolida, nerviosa y extraña.

—Axel está muy tenso últimamente —comentó Aitor—. Todos lo hemos notado.

—Suponemos que es porque la hora se acerca —intervino Chris—. Los nervios a estas alturas son normales y el cazador tiene mucho peso sobre sus hombros.

«No más que yo, te lo aseguro», pensé, pero no lo dije en voz alta. Quería mantener a mis chicos al margen. Lo había hablado varias veces con Kendall y él coincidía en que era mejor que nadie supiera nada o se armaría un escándalo terrible y perderíamos el factor sorpresa con Axel. Debíamos encargarnos de aquel problema juntos. Pero Kendall se había ido y ahora estaba sola. Tenía a Joel, es cierto, pero el cazador había asumido la misión de encontrar el códice para descifrar, de una vez por todas, todos los enigmas. Joel tenía esperanzas y no iba a rendirse fácilmente, lo que me animaba a continuar.

—¿Cómo te encuentras tú? —me preguntó Alec.

Sabía que pasaría y que yo debía mostrarme lo mejor posible para ellos, para que no sospecharan demasiado. Mi cansancio era normal, dadas las circunstancias, y podía escudarme en eso.

—Ser la futura Reina no es fácil —miré hacia abajo, hacia la bandeja que Alec había ido a coger para mí justo después de darme la bienvenida—. Los entrenamientos son más duros cada vez y Axel me dice que debo aprender más deprisa que ninguno de vosotros y mejor. Tengo miedo de no llegar a tiempo.

—Lo harás —Alec me obligó a levantar la vista colocando su dedo índice y corazón bajo mi barbilla—. Sé que lo harás.

—¿Qué ocurriría si no? —Chris sentía curiosidad, y no lo culpaba.

—¿Si no consigo estar preparada cuando llegue el momento? —inquirí.

—El trono la consumirá —respondió Aitor, muy serio—. Eso es algo que sabemos todos.

A su lado, Aitor me sonrió con tristeza y asintió, como queriendo darle la razón a su hermano. Era algo que yo ya sabía muy bien.

—¿Y si no te sentaras en el trono? —siguió preguntando Chris—. ¿Qué pasaría si llegado el momento no te subieras a ese trono?

—No se puede ir en contra de las profecías, Christopher —respondió Aitor—. Si así está escrito es porque así debe ser.

—Pero con la última Reina que hubo no apareció ninguna profecía, nada, al menos que nosotros sepamos —pasó la mirada por todos los presentes, confirmando sus palabras—. ¿Por qué Nicole no puede esperar a estar preparada realmente, tanto física como mentalmente, para sentarse en el trono?

Ninguno pudo contestar a eso e incluso a mí me hizo dudar, otorgándome por un momento un pequeño rayo de esperanza. Pero de repente, una conversación entre Kendall y yo vino a mi mente.

—No cabe la menor duda de que no hay nada en el combate cuerpo a cuerpo que deba enseñarte. Pareces ser una experta en el tema. La antigua Reina también lo era.

—¿Estás insinuando que poseo las mismas habilidades que ella? —le había preguntado yo.

—No —se había reído—. No, tú serás mejor que ella, Nicole, de eso estoy seguro.

—¿Por qué dices eso? ¿La conociste?

—Obviamente no, pero dicen que ella jamás se atrevió a sentarse en el trono. Le daba miedo no ser la Reina legítima de los cazadores y, según la profecía que surgió tras su muerte, fue un gran acierto no haberlo hecho.

—¿Ella no era la Reina?

—De aquella época solo nos quedan rumores y leyendas, querida Nicole, y no se sabe muy bien. Yo creo que sí era nuestra Reina, pero tenía miedo de que el poder acabara con ella. Prefirió seguir reinando sin poseer todos los poderes que el trono le hubiera concedido, los poderes antiguos de nuestra raza.copy right hot novel pub

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