El nudo de mi estómago se intensificaba a medida que los segundos transcurrían en aquella estructura mientras miraba a los ojos del cazador Víktor. Trataba de analizar su semblante, quizás para recabar alguna información que sus palabras no me transmitieran, pero nada. Estaba bastante serio y sus ojos se hallaban clavados en los míos, graves. ¿Había pasado algo y nadie había querido contármelo?

—Esperaba que tuvierais noticias de él, pero ya veo que no es así —respondió.

—¿Yo? ¿Noticias suyas? —inquirí, frunciendo el ceño—. ¿Cómo puedo saber yo algo de él si acabo de llegar?

—Sospechaba que quizás pudierais tener información sobre su paradero.

—¿Paradero? ¿No llegó a la estructura?

Estaba al borde de la histeria. Mi mente formaba imágenes que proyectaba frente a mis ojos del cuerpo inerte de Kendall tirado en algún páramo de los alrededores, solo. ¿Y se suponía que yo tenía que saber algo sobre él? Había estado tanto tiempo sin mi amigo… El miedo dio paso enseguida a la furia. Si algo le había ocurrido a Kendall por culpa de Axel, se las vería conmigo. No habría lugares en la Tierra, ni fuera de ella, donde pudiera esconderse de mí. Lo mataría… con mis propias manos. Aunque tuviera que estar toda mi vida entrenando para ello.

—Kendall sí llegó —la nueva información apaciguó mis ánimos y me hizo mirar de nuevo aquellos ojos marrones—. Estuvo un par de días aquí, ayudando a los cazadores a prepararlo todo y vigilando la estructura, pero luego desapareció. No le dijo a nadie a dónde iba ni si iba a volver… nada. Fue como si se hubiera convertido en polvo.

—¿Y nadie lo ha buscado? —me indigné.

—¿Por dónde? —miró hacia la puerta de la estructura que se hallaba cerrada—. Registramos las zonas cercanas a la estructura, pero no encontramos ni rastro de él. Podría estar en cualquier parte y no hay manera de averiguar si vivo o muerto.

Muerto. ¿Sería capaz de asimilar eso? ¿Otra muerte más de un ser querido? Lo dudaba seriamente. En tan pocos días había perdido a demasiada gente. No estaba dispuesta a sufrir más pérdidas. Protegería a los supervivientes como debería haberlos protegido a todos. Me querían a mí y era algo que podría haber aprovechado.

—No os torturéis más —la voz del cazador me devolvió a la realidad.

Víktor me miraba con cierto cariño y eso me agradó. Me recordaba un poco a Kendall y eso me aliviaba y me dolía al mismo tiempo.

—Corrígeme si me equivoco, pero tú conocías a Kendall, ¿verdad?

Su sonrisa y la desviación de su mirada hacia abajo me indicaron la respuesta. Pero, si se conocían, ¿por qué Kendall nunca me había hablado de él? Quizás también podríamos haber confiado en él para el plan de Axel, para contarle la traición que iba a acontecer. Aunque mientras menos dispusieran de esa información, mejor. No queríamos que Axel se enterase de que lo sabíamos.

—Cenemos algo y os contaré todo lo que deseéis saber —dijo.

Así lo hicimos. Nos sentamos con un grupo de cazadores entre los que estaban Alma, Jeremy y Jona. Joel se encontraba con Axel y Kayla, discutiendo, o eso parecía.

—¿De qué están hablando? —les pregunté al sentarme.

—Nadie lo sabe —Alma se encogió de hombros.

Y con esto dimos por concluido el tema. No obstante, yo sabía que después tendría que preguntarle a Joel. Todo en mí me pedía a gritos caminar hacia ellos y ser partícipe de aquella conversación. Eran los tres cazadores más poderosos. ¿No debería estar su Reina entre ellos debatiendo lo que quiera que fuera?

Decidí dejarlo pasar, por el momento. Ya había desafiado a Axel lo suficiente por ese día. Podía sentirme satisfecha y dejar lo demás para más adelante.copy right hot novel pub