Aisha. . .
Estoy desesperadamente ansiosa por ver a Zahir, tenemos mucho tiempo sin vernos y últimamente no me llama, ni me busca. Comienzo a sospechar que ha conseguido quien le caliente la cama en mi ausencia y eso me pone muy nerviosa. Mi principal idea es conquistarlo, hacer que se enamore de mi y no lo estoy logrando porque cada vez lo siento más distante.
La ultima vez que llamé a Palacio, uno de los del servicio me anunció que El Príncipe, estaba en uno de sus viajes, lo cual me puso más nerviosa todavía. Zahir, era el tipo de hombres que aunque era muy patriota y de profundo amor por sus raíces, no temía hacer su maleta e irse a recorrer el mundo, aunque siempre terminara volviendo a casa.
No era un hecho oculto que era un mujeriego y que solía tener amantes a donde llegara y yo me convertí en una de ellas. La tentación de compartir su cama y estar entre sus brazos fue demasiada como para ser resistida. Desde aquella vez en la que me tomó haciéndome completamente suya, dejé de soñar con ese amor sin rostro, para soñar con él. Todo un hombre, dulce, atento y muy pasional, que lograba hacerme erizar la piel con solo estar cerca. Aunque se que no soy la única, me esfuerzo por estar a su lado y ganarme su afecto y sé que he logrado avances con él, porque entre todas soy su favorita.
Siempre lo admite.
No es lo que yo quisiera, pero por los momentos es con lo único que puedo conformarme.
Lo único con lo que sueño, es con que me diga que seré la única. La única en su cama, en su vida y en su corazón, pero ese momento tarda en llegar y comienzo a desesperarme. Después de tantos días de lejanía he decidido buscarle, no puedo estar más tiempo lejos de él, necesito tenerlo ceca, sentirlo, estremecerme de placer entre sus brazos.
Por las noches sueño conmigo, frente al altar y con esos hermosos ojos mirándome llenos de amor. Sé que probablemente me casaré con un vestido de novia blanco, así como las del occidente, al menos así lo imagino y no porque yo lo desee, sino que sé que Zahir, es un hombre de mundo y probablemente sea lo que desee.
Aunque quizás podría hacer como Isabella y a media ceremonia colocarme el tradicional Caftán para celebrar nuestra unión. Sin duda alguna seré la novia más feliz de todas.
Al llegar, me anuncian que la familia real, está reunida en el salón verde y me piden que espere mientras me anuncian. Asiento sonriente, ansiosa ya de verlo, pero sin demostrarlo.
-Puede pasar, señorita- me dice la chica y le sonrío amablemente.
Al llegar al salón, efectivamente se encuentran reunidos.
-Buenas noches- les saludo en general. Pero hay alguien más a quien no esperaba ver y es a esa inglesa, con sus hermosos ojos y su tersa piel. ¿Podrá mi Príncipe, estar interesado en ella?, claro que es posible. Es mujer y hermosa, los requisitos necesarios para hacer que El Príncipe de Norusakistan, se interese. Además está Esquizbel, ese ambicioso primo que quiere hacerse de la corona a como de lugar. Todos me saludan muy amablemente y El Jeque, me invita a sentarme, a lo que asiento y obedezco, el ambiente está muy tenso y no sé si es por mi llegada, o por la presencia de Esquizbel, que a decir verdad no me agrada para nada.
Zahir. . . .
¡Lo que me faltaba!
Como si no fuese suficiente con la presencia del demonio del desierto, ahora llega también Aisha, a complicarlo todo. Es evidente que Ivette, se ha tensado. Puedo sentirlo, seguramente está pensando que en me iré con ella.
-Es bueno verle Alteza, me dice. Últimamente he tenido poco contacto con usted- es un reclamo y odio que lo haga abiertamente, frente a todos.
-He estado atendiendo asuntos Aisha. Asuntos muy importantes.
-¿Tan importante como para restarle todo el tiempo, su Alteza?- pregunta sonriendo.
-Así es- afirmo.
-Es obvio que son asuntos de falda, es lo único que le roba el tiempo- dice Esquizbel y siento el deseo de cumplir mi promesa de romperle la cara.
-¿Alguien en la sala solicitó tu opinión?- le pregunto con sarcasmo- porque es más que evidente que a ninguno de los aquí presente nos importa lo que tu piensas.copy right hot novel pub