Esquizbel. . .
La sigo en silencio y por la forma en que sostiene la respiración, sé que sostiene también las lágrimas. Cuando salimos de Palacio, la miro fijamente.
-¿A dónde ira?, es muy tarde para regresar a su emirato.
-Lo sé- dice- supongo que buscaré una posada.
-Sabe usted bien, que las posadas aquí son un asco. Pero si gusta le ofrezco mi casa para que pase la noche y así converso un poco con usted.
-No sé si. . .
-Es una buena propuesta.
-¿Habrá lugar para mi y mis escoltas?
-Todo el lugar que usted necesite señorita. Sé que no tiene buena imagen de mí, lo sé. Pero fíjese como son las cosas, tenía usted buena imagen del Príncipe y se ha comportado como un canalla con usted, la ha dejado ir sin consideración alguna, la ha echado a la calle sin importarle los peligros que para usted representa. Ya lo ve, nadie es completamente malo o completamente bueno, mi casa esta a su disposición sin ninguna condición. Le ofrezco techo, comida y una cama, mañana podrá regresar a su emirato sana y salva.
Ella no puede evitarlo más y comienza a sollozar con fuerza, la estrecho entre mis brazos y le permito llorar por el tiempo que lo necesite.
-Lo siento- se disculpa cuando está un poco más repuesta.
-No lo haga, todos lloramos de vez en cuando. Vamos a casa ya mañana conversaremos, tengo algo interesante que proponerle.
Ivette. . .
Los rayos del sol se cuelan por el ventanal, sonrío satisfecha, hoy será un gran día.
Durante el desayuno todos conversamos amenamente y al parecer todos han olvidado el inconveniente de anoche. Me quedé preocupada por Aisha, por como se fue. Zahir, me aseguró que seguramente ella tomaría posada para ella y sus acompañantes.
-Me gustaría mostrarte un lugar especial- me dice Zahir, durante el desayuno. Sin poder evitarlo me sonrojo al percatarme de que Zabdiel, Isabella y Hayffa, nos miran sonrientes. Aun es incomodo eso de que todos sepan lo que sucede entre nosotros.
-Me encantaría- le digo con una tímida sonrisa.
-Iremos después del desayuno- me sonríe.
Aisha. . .
Durante el desayuno Esquizbel, se mantiene silencioso y no sé si relajarme. Es cierto que se ha comportado muy bien dándome alojamiento, pero ese hombre me causa escalofríos. Tuve muy mala noche, no pude dormir casi nada. Me siento dolida, humillada y muy enfadada de que Zahir, se haya atrevido a tratarme de esa manera.
Después del desayuno pasamos a un pequeño salón en donde tomamos bebidas calientes.
-Gracias por su hospitalidad.
-Nada qué agradecer, ha sido un placer- me regala una enorme sonrisa.copy right hot novel pub