Los días pasaron con rapidez. Ivette, no pudo seguir evitando a James y tuvo que aceptar un par de cenas con él, se comportó educada pero distante y en las ocasiones en las que intentó besarla, ella lo había rechazado. James, se sentía confundido, ella no era la misma, Norusakistan, la había cambiado y él quería saber qué ocurría, pero Ivette no terminaba de reunir las fuerzas para destrozarle el corazón.
Adoraba las noches, cuando Zahir la llamaba y hablaban por horas de cómo se sentían y cuánto se extrañaban. Ivette, se sentía idiotizada por él y supo que no había punto de retorno, ya sentía que nada podía desligarla emocionalmente de ese Príncipe que en un principio se mostró frío, distante, sarcástico y socarrón, él se había adueñado completamente de su corazón.
Suseth, había ido superando su crisis emocional, Matt estaba cada día más cariñoso y dedicado con ella. Su, sentía que después de todo la maternidad no era tan mala, si podía tener al hombre que adoraba mirándola con más amor que antes, si aquello era posible. En su vientre crecía la mayor muestra del amor que se tenían y eso era maravillosamente perfecto, sin importar las circunstancias.
Zahir, Zabdiel y Hayffa, llegarían aquella mañana para el matrimonio, pero partirían al día siguiente, más tardar al próximo, ya que no podían dejar el trono vacio por tantos días, no fuese que Esquizbel tramara algo, sin embargo Palacio quedaría resguardado y con el doble de custodios. Zabdiel, quería evitarse sorpresas.
Zahir e Ivette, no se verían sino hasta la ceremonia. Ella quería correr al hotel donde llegarían y lanzarse a sus brazos nada más verlo, lo extrañaba demasiado.
Salió de la recámara, colocando una horquilla extra en su moño. En la sala encontró a Isabella, sentada en el mueble.
-¿Qué sucede?- preguntó.
-Suseth, está insoportablemente nerviosa. Ya le he dicho que Matt, no se fugará, que si llegará al altar, pero nada parece calmarla.
-Pues con esas extrañas afirmaciones, no me sorprende. ¿Y Nael?
-Ésta dormido- se encogió de hombros.
-Ese pequeño si duerme, por Dios.
-Él no tiene preocupaciones cariño.
-Pero las tendrá- dijo Ivette suspirando, imaginándose a su pequeño sobrino convertido en Jeque.
-Si, pero no ahora. Su única preocupación es dormir para creer. Por cierto te ves preciosa.
-¿Tu crees?
-Claro que si cariño, verás como Zahir, cae derretido- dijo y comenzó a reír- nada como ver a ese hombre con cara de idiota.
-Eres cruel, Bella, ¿quién lo diría?
-Tonterías, sólo digo la verdad.
-¿Y cuándo piensas alistarte?
-Lo haré ahora mismo. Aprovechando que la maquilladora está ocupada con Su.
-Date prisa entonces, a la hora de ponerle el vestido, querrá que estemos con ella.
-Y allí estaremos, es solo qu. . . - el sonido del timbre interrumpió la conversación.
-Yo abro- dijo Ivette y se encaminó a la puerta.
Se quedó de piedra frente al hermoso hombre que estaba allí. Era impresionante verlo allí, sin esos caftanes orientales. Llevaba un perfecto atuendo occidental, descomplicado y que le quedaba de maravilla.
-Majestad- le dijo observándolo fijamente.
-Hola, Ivette- le sonrió.- me alegra ver que estás bien. ¿podría ver a mi señora?
-Por supuesto Excelencia, adelante.
-¡Mi amor!- gritó Isabella, corriendo hacia él y estrechándolo con fuerza, para después reclamar su boca, sin importarle a ninguno la presencia de Ivette o de los muchos guardias que esperaban fuera.
Ivette, sonrió. Era tan lindo verlos así, amándose tanto. Observó la puerta con tristeza, esperando ver aparecer a Zahir, pero suspiró. No, él no había ido.
-Mi hermano insistió en venir- Zabdiel, le habló y ella lo observó fijamente- pero mi madre se sentía un poco indispuesta y no he querido dejarle sola, le he pedido al Príncipe que se quedara con ella.
-Comprendo- dijo Ivette, triste.
-Pero estará esta tarde en la ceremonia, sin lugar a dudas.
Ivette, sonrió enormemente al ver a su hermana avanzar por el largo pasillo de la iglesia, mientras que la marcha nupcial inundaba el lugar. Ese hermoso vestido blanco, pegándose a sus curvas, un hermoso vestido corte de sirena. Como sus padres habían muerto, Suseth caminaba del brazo de Zabdiel, quién lucia un esplendido traje de etiqueta. Muy cerca en primera fila estaba Zahir, y la miraba con ojos brillantes, llenos de emoción y deseo. Junto a él, Hayffa sonriente sostenía a Nael, ya que Isabella, estaba junto a ella, como dama de honor. Dos filas detrás, estaba James, quién la miraba sonriente y con los ojos llenos de admiración y. . . amor.
¡Por Dios!
Se sentía tan incómoda con esa mirada, tendría que hablar con él y lo haría ese mismo día, no podía seguir dándole largas al asunto.
Cuando Zabdiel y Suseth, llegaron al altar, Matt recibió a su hermana con ojos de adoración, ninguno podría estar más feliz.
La ceremonia se llevó a cabo con tranquilidad. Ambos novios terminaron llorando al pronunciar sus votos. Isabella e Ivette, también lo hicieron porque sabían que el amor entre Matt y Su, era fuerte y verdadero. Luego, continuó una sesión de fotos, con los pocos invitados, en su mayoría amigos y familiares de Matt, ya que Suseth, tenía pocas personas que fuesen cercanas.
-¿No te tomarás una foto conmigo?
-Todas las que usted quiera, Alteza- le respondió sonriente.
-Quiero besarte- le dijo acercando su rostro al de ella.
-Yo me muero por besarte. Pero no lo hagas por favor.
-¿Por qué?- frunció el ceño totalmente confundido.
-James. . . aún no hablo con él- dijo avergonzada.
-¿Y cuando lo harás?, no lo quiero cerca de ti Ivette, explotaré de celos si se acerca.
-Hablaré hoy, lo prometo.
Todos salieron con dirección al club, donde se llevaría a cabo la celebración.
-¿Te irás conmigo?- le había dicho James.
-No, iré por mi cuenta, creo que Isabella, pasará al departamento -mintió- así que me iré con ella. Nos vemos en el club.
-De acuerdo, preciosa.copy right hot novel pub