Los días en Norusakistan, pasaban tranquilos, Zahir se mostraba atento y cada día hacía cosas nuevas para llamar la atención de Ivette. La llevaba a cabalgar, la llevaba al mercado, la llevó a un lindo restaurante oriental, donde comió exquisiteces y comidas con nombres muy extraños.
Zabdiel, estaba feliz, su hermano parecía relajado y sereno junto a Ivette, sin duda alguna el amor cambia corazones y actitudes, solo basta tener a la persona indicada para que todas las barreras se vengan abajo y disfrutes de la felicidad que da tener la compañía del ser amado.
Isabella, por su parte estaba muy feliz. Nael, crecía con rapidez, era sano, fuerte y rozagante, cada día se parecía más a su padre. Por otra parte cada día se añadían más bárbaros al plan de integración que Isabella, les había ofrecido, llegaban de a dos, de a tres, pero poco a poco se unian y se ajustaban a un nuevo estilo de vida, eso le daba tranquilidad y aseguraba la paz en aquella nación que había aprendido a amar.
Aquella tarde Ivette, estaba en el pequeño salón verde leyendo un poco. Azhohary, pidió permiso y entró con un servicio de té.
-Disculpe señorita, he traído té de jazmín para usted.
-Muy amable, Azhohary- le sonrió- me encanta ese te, su sabor me relaja y es agradable aunque últimamente tiene un sabor más fuerte.
-Debe ser que las cocinera aumentaron la dosis del jazmín para hacer la infusión más agradable.
-Sí- aceptó con una sonrisa- seguramente será eso.
-Llego en buen momento- dijo Isabella, quien aparecía en ese momento.- sírveme un poco, Azhohary.
-Como usted ordene, mi señora- respondió llenándole una taza y entregándosela- ¿puedo retirarme o desean algo más?
-Retírate- le dijo Isabella.
-¡Qué bueno que me acompañes en el te, Bella!
-No creo que te hayas sentido sola, según veo El Príncipe, te mantiene entretenida.
-Así es- suspiró y sonrió mientras ingería de su bebida- ha cambiado mucho, su comportamiento actual me da mucha paz.
-Creo que nos la da a todos, se comporta muy bien. ¿Qué tal en. . . ?
-No. Desde que llegamos no. . .bueno, ya sabes.
-Supongo que quien se niega eres tu, no creo que mi cuñado sea quien se mantenga en negativa.
-Soy yo quien no ha cedido, y no es porque no quiera Bella- dijo ruborizada- pero no quiero ser igual a las otras.
-No lo eres cariño- le dijo sonriendo- y él lo sabe, dice Zabdiel que nunca había visto un cambio tan favorable en él. Creo que se siente diferente contigo- dicho aquello bebió de su taza.
-No lo sé, Bella- dijo con pesar- quiero creer que es cierto. . . de verdad, quiero creerlo.
Esquizbel. . .
-Señor, le buscan, es de Palacio. La persona que está aliada con usted, desea verle.
-No le hagas esperar- dijo con una sonrisa- hazle pasar.
Sonrió abiertamente, mientras bebía de su copa. Seguramente serían noticias y estaba feliz de recibirlas.
-Perdone que me presente sin previo anuncio.
-No te preocupes, puedes venir cuando quieras, las puertas de mi casa están abiertas para ti.
-Gracias, señor.
-Supongo que me traes noticias. Cuéntame, ¿cómo va mi encargo?, ¿está la señorita Cooper, siendo envenenada?
-Así es señor- asumió con pesar- como me pidió desde que ella regresó a Norusakistan, he estado colocando lo que usted me dio en su té y en su jugo.
-Muy bien, muy bien- sonrió con malicia- eso es maravilloso, y como me has traído tan excelentes noticias, le pediré a Mishelah, que te de el doble.
-Sabe bien que no quiero su dinero, señor. Sólo deseo que me libere de esto, no quiero seguir haciéndolo.
-Te liberaré. . . cuando Ivette Cooper, haya muerto.copy right hot novel pub