Ivette abrió los ojos enormes, no pudiendo creer lo que escuchaba, era muy difícil darle crédito a sus oídos.
¡El Príncipe, le estaba pidiendo matrimonio!
-Zahir. . .
-Solo tienes que decir que sí - le sonrió- una sola palabra, abre las puertas a nuestra felicidad.- ella lo miró en silencio por unos segundos.
-No- dijo firme y Zahir, la miró con ojos enormes- no puedo casarme contigo, Zahir- se incorporó en la cama, cubriéndose con las sábanas mientras miraba a un perplejo Príncipe- No puedo convertirme en tu esposa cuando no estoy completamente segura de lo que sientes. Hablas de deseo, de pasión, de ardor, pero yo necesito más que eso, necesito amor para estar segura de que esto es de verdad.
-Pero, Ivette. Mujer. . .¿No?- lo miró estupefacta- por Alá, me estás rechazando, Ivette Cooper. . .¿de verdad, no?
-De verdad- admitió- mi respuesta es no, Zahir, no me someteré a una vida de infidelidades.
-¡No pienso serte infiel!- dijo indignado, mientras se sentaba en la cama con el ceño fruncido- ¡Al casarme contigo renunciaría a mi libertad!
-No es lo que quiero Zahir, no quiero que sientas que tienes que renunciar a tu libertad, sino que lo haces por amor, porque te nace, porque lo necesitas para ser feliz.
-¡Es lo que intento decir!
-No es lo que has dicho, ni siquiera se acerca a lo que quiero, Zahir. No puedo casarme cuando no me siento segura de que renunciaras a la vida que llevabas.
-¡Ya no llevo esa vida, Ivette Cooper, tú me has cambiado!- elevó el tono de voz, sintiéndose frustrado.
Ivette, quiso llorar, todo tenía solución, si tan solo él dijera que la amaba, todo podría solucionarse.
-Esto está mal, creo que ha estado mal desde el principio- dijo con voz quebrada mientras se envolvía en la sábana y se ponía de pie para recoger su esparcida ropa y dirigirse al cuarto de baño.
-Por favor, llévame a Palacio- gimió antes de entrar a vestirse.
Zahir, se sentía frustrado y muy enojado. ¡ Por Alá, que no la entendía!, le estaba proponiendo matrimonio, le estaba ofreciendo una vida de comodidades, de lujos, la convertiría en Princesa, sería respetada por todos y la deseaba apasionadamente.
¿No era eso muestra de que la amaba?, no comprendía porqué motivo se ponía así.
Definitivamente no la llevaría más a ese lugar. Dos veces habían venido y dos veces habían terminado muy mal, no entendía porqué después de pasar un rato tan agradable, tenía que estropearse todo. Pensó que con su propuesta de matrimonio, ella estaría satisfecha y aceptaría feliz. Le estaba ofreciendo algo que nunca había ofrecido con anterioridad, algo que no había estado dispuesto a entregarle a nadie,algo que pensó no pedir jamás.
Matrimonio.
Ella le hizo cambiar, desear amanecer a su lado, ansiar dormir abrazado a su cuerpo y ahora que lo había cambiado se daba el lujo de rechazarlo. ¿Qué más quería ella?, ¿qué más?
Se puso en pie y recogió sus ropas para comenzar a vestirse, la frustración le recorría, pensó que volverían a Palacio con la noticia de una futura boda. Pero ahora volverían enojados.
¡Perfecto!
Cuando ella salió del cuarto de baño, peinándose lo mejor que pudo, se encontró con El Príncipe, sobre la cama, sentado con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-No entiendo que hice o dije mal- le dijo.
-Creo que lo hemos hecho mal, Zahir. Jamás debí dejarme arrastrar a esto hasta no estar segura de ti, ahora me siento confundida y. . .
-¡Ivette, te estoy ofreciendo todo!- gimió.
-Todo, menos amor.- le dijo.
-Eso no es cierto.
-Me ofreces pasión, eso no es amor.
-Por Alá, te ofrezco amor, ¿no lo prueba, el hecho de que te pida matrimonio?
-Por supuesto que no- le dijo firme- hay millones de matrimonios que se celebran sin amor.copy right hot novel pub