-Han logrado entrar, mi señor- dijo Haimir- es su primo quién los comanda.
-¡Alimaña ponzoñosa!- gruñó Zahir- ¡Sabandija del desierto, debimos haberlo matado hace mucho!
-Ha venido por sangre- dijo Zabdiel- por mi sangre, específicamente.
Zabdiel, estaba plenamente seguro de que así era. Esquizbel, había dejado claro su deseo de asesinarlo, así que había venido a cumplir con eso que anhelaba desde hacía mucho. Esperaba poder salir con vida de aquello y volver junto a su mujer y su hijo, no toleraría perderles. No toleraría no volver a verlos, no ver a su madre, a su pueblo. Necesitaba luchar por ellos.
-¡Vayamos!- dijo Zahir y todos comenzaron a correr.
-Necesitamos ir a la biblioteca por armas- aseguró Zabdiel, no podemos presentarnos así como si nada, desarmados y desprotegidos.
-Tiene razón, mi Señor- dijo Haimir- debemos armarnos.
Después de tomar las armas corrieron al gran salón, donde se encontraron con una batalla. Los bárbaros no estaban armados sino con palos, espadas y luchaban con sus propias manos. A decir verdad no eran muchos, eran más bien poco. La guardia real, luchaba contra ellos, intentando controlarlos.
-Pronto llegarán refuerzos, Señor- le aseguró Nazir, quien corrió al verle.
-Gracias- aquella revuelta había sido esperada, Esquizbel llevaba mucho tiempo con amenazas e indirectas, debió imaginarse que atacaría Palacio.
Era lógico, no entendía como no se le había ocurrido.Mientras todos seguían peleando, él y su hermano se enzarzaron en la batalla.
-No tienen que hacer esto- le aseguró al hombre con quien peleaba a espadas.
-Esquizbel, tiene que ser el rey, a él le corresponde.
-Los ha engañado- dijo mientras las espaldas chocaban- les está mintiendo.
-Lo siento, Majestad, pero su reinado, culmina hoy- y así arreció su lucha.
Parecieron pasar horas mientras que se sentían agotados. Zabdiel, veía como caían sus hombres, y los bárbaros también y su corazón se llenaba de un profundo dolor, por más que les hablaba e intentaba convencerlos, nada daba resultado.
De pronto la batalla se detuvo cuando Esquizbel, apareció acompañado de Aisha. Los ojos de Zahir, se pusieron enormes, aquella mujer estaba de parte de ese traidor.
-Ha llegado el día de la caída del actual rey- dijo con una enorme sonrisa- es hora de que Norusakistan tenga un nuevo Rey, un nuevo Soberano.
-En tus sueños- aseguró Zabdiel, acercándose a él- Norusakistan tiene rey y ése no eres tú.
-Pero lo seré- aseguró- con tu derrocamiento, se alzará un nuevo tiempo.
-¡Asquerosa traidora!-gritó Zahir, mirando fijamente a Aisha.
-Esto lo hago por ti, mi amor- le aseguró.
-No me amas, Aisha, de hacerlo no hubieses conspirado en mi contra.
-No es contra ti, sino contra tu hermano- se excusó.
-Es lo mismo- aseguró- todo lo que me afecte a mi familia, me afecta a mí- ella lo miró con confusión.
-No, no es así. Tú y yo saldremos adelante juntos, después de esto.
-Estás loca si piensas que me iré contigo, después de semejante traición.
-Lo harás. Nos casaremos- se acercó a él, serás el nuevo Soberano de mi emirato, el nuevo emir, serás tú quien gobierne mi amor y yo a tu lado- intentó tocarlo, pero él se alejó.
-Arpía venenosa, eres despreciable, Aisha. Qué bajo has caído.
-Esquizbel, se quedará en Norusakistan y tú te irás conmigo. No me desprecies- sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Eres una tonta si piensas que Esquizbel, matará a mi hermano y me dejará vivir. ¿No lo entiendes?, si muere mi hermano yo asumo el trono, para convertirse el en Rey, debe asesinarnos a ambos.
-¡No lo hará!- aseguró- ¡No te tocará!, ¡lo ha prometido!
-¿Eres tan tonta como para creer en la palabra de ese hombre?- Aisha, se giró y miró a Esquizbel, quién la observaba con aire de autosuficiencia.
-Lo ha dicho el Príncipe, eres una tonta. Él morirá al igual que su hermano. Isabella, será mi esposa, mataré a Ivette y a la tía Hayffa. Así comenzará mi Reinado.
-¡Lo prometiste!-gimió.
-Nunca he dicho que sea un hombre de palabra.- la guardia real, se movió rodeándolos, intentando protegerlos. En aquel momento un escándalo inundó el gran salón, y muchos civiles entraban gritando, era el pueblo Norusakistan, quién entraba gritando, armados con palos y piedras mientras proclamaban a Zabdiel, como su Rey.
La batalla comenzó nuevamente, un pueblo levantado contra aquel que quería asesinar a su Soberano.
Mientras la batalla se llevaba a cabo al rededor de ellos. Esquizbel, Haimir, Zahir, Zabdiel, Nazir y Aisha, libraban su propio enfrentamiento. Todo se puso en tensión, cuando Esquizbel rápidamente sacó un arma y apuntó a Zahir.
-¡NOOO!- gritó Aisha mirándolo- ¡NO LO LASTIMES!
-No lo lastimaré, lo mataré, así acabaré con su estúpida lengua y sus comentarios mordaces, hasta aquí llegará el humorcito del Príncipe- quitó el seguro y disparó. Todos contuvieron la respiración. Aisha, sin pensarlo se giró y abrazó a Zahir, al tiempo que la bala impactaba contra su cuerpo, entrando así en su espalda. Sus hermosos ojos se abrieron enormes, fijos en los del Príncipe.
-¡Aisha!- dijo Zahir, mientras la abrazaba.copy right hot novel pub