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(COMPLETO) PASIÓN ORIENTAL

CAPÍTULO 40

¿Cuánto tiempo más tardarán?- preguntaba un impaciente El Jeque. Tenían mucho rato ya esperando y aún no recibían una noticia.

-Recuerda, cariño- dijo Isabella- que yo también tarde mucho, cada parto es diferente. Todo estará bien, Alá mediante, pronto estaremos celebrando y dando gracias a Alá por todo.

-¡Ya verán que serán dos niños hermosos!- dijo Hayffa con los ojos llenos de brillo y con la emoción dibujada en su rostro. Volver a ser abuela era algo que la llenaba de profunda emoción y qué pensar del hecho de que serían dos, la emoción era multiplicada y los integrantes de la familia no cabían de dicha. Estaban ansiosos de conocer a los nuevos integrantes de la realeza Norusakistana.

-Nunca estuve de acuerdo con eso de no revelar el sexo, sino hasta el día del nacimiento- dijo Suseth, ceñuda. Quien arrullaba entre sus brazos al pequeño Drew, era un bebé hermoso, con unos profundos ojos grises que dejaban entrever tanta dulzura e inocencia, era la adoración de su madre y el orgullo de su padre- me parece inadecuado.

-Costumbres Norusakistanas- dijo Isabella, encogiéndose de hombros.- fíjate lo feliz que son Haimir y Naiara, no saber el sexo del bebé sino hasta su nacimiento. Alá les ha bendecido con un hermoso varoncito, a pesar de que Haimir rogaba por una niña a la cual consentir. Y es que el hijo de Naiara y Haimir, era todo un hermoso Norusakistan, cabello azabache, ojos oscuros y una mirada profunda, era un niño bastante serio. Poco lloraba y sus sonrisas eran más bien, escasas.

-Pero como establece nuestro dicho- intervino Hayffa- "dichoso seremos con que de vida y salud disfrute un pequeño"

-Totalmente de acuerdo, ya bastante agradecidos estamos con Alá, de que nos llenes con tantas bendiciones.

-Así es- aseguró Zabdiel, acariciando el aún plano abdomen de la Reina, quien esperaba a su segundo hijo. Zabdiel no podía estar más dichos, otro hijo, otro fruto del inmenso amor que compartía con Isabella. Sí que había Sido enormemente bendecido por Alá.

-Quizás debamos romper la costumbre- dijo Bella- viajar a Inglaterra y descubrir qué sexo tiene nuestro hijo.

-Nada de eso, Mi Señora- negó rotundamente, mirándola con infinita adoración- estoy casi seguro de que Alá, nos bendecirá con una hermosa niña. Seguramente tendrá tus hermosos ojos, o ese perfecto cabello, no tengo dudas de que será una niña y será tan hermosa como su madre. Alá e Inglaterra, me han dado mucho más de lo que alguna vez creí merecer.

-Si de algo le sirve saberlo, Majestad- le dijo Isabella mientras le sonreía dulcemente- en Norusakistan encontré más de lo que jamás hubiese soñado. No podría tener más dicha, mi Señor. No creo que exista en todo el mundo una mujer más feliz que yo. Doy gracias a Alá de que ha sido benevolente.

Ivette, escuchó los fuertes gritos de sus hijos y sonrió.copy right hot novel pub

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