Tercer mes: aun seguía siendo la señora de Kantor.
¿Por qué se negaba a darme el divorcio? Yo solo quería su maldita firma y punto.
Anderson, Cameron y Jean pensaban que debía pelear con Biel por algo, algo que me amparara. A mí solo me importaba dejar de ser su esposa.
Jean insistía en que debía denunciar a los gemelos por todos sus abusos. ¿Cuándo entendería que yo solo quería acabar con esta pesadilla de una vez por todas?
Nada me devolvería a mi hija y pelear por ello solo me debilitaría más. Una lucha legal que de todos modos perdería; no tenía dinero para un abogado y no pensaba cargarle eso a ninguno. Ya suficiente hacían con pagar mi deuda de salud y la terapia psicológica.
Tan solo, quería algo de paz. Olvidarme de todo.
Era un domingo, ya pasaba de la media noche. Ellos habían insistido en sacarme de casa un rato para que me despejara, así que me llevaron a esta cena o fiesta de publicidad... algo típico de las bandas exitosas y sus reuniones. Debía admitir que estaba algo cansada; prácticamente me dormía sobre la barra del bar y, si, estaba algo pasada de copas. Aun así, lúcida.
Me había emocionado con los tragos; tenía mucho tiempo de no probar alcohol y después de tanto... se sentía genial. No me gustaba descontrolarme con estas cosas; lo menos que quería era volverme una borracha, es lo menos que necesitaba en ese momento.
Y sabía que no lo volvería a repetir.
Bajé del banco al pie de la barra y caminé un poco entre la gente. Choqué de pronto con Jean y me desbalanceó.copy right hot novel pub