Volví con Cameron por Stella al día siguiente. Nuevamente, Simone me suplicó que no me la llevara.
Muy poco me importaba lo que ella quisiera...
¡Había escondido a mi hija por más de tres años!
Jamás se lo perdonaría.
Cargamos solo con lo esencial. Stella se mostró muy tranquila con la despedida y la mudanza. A pesar de que, aunque yo fuera su madre, ambos éramos desconocidos para ella.
No podía dejar de verla mientras caminaba a mi lado, era tan irreal, aun no asimilaba que era mi pequeña Stella, que estaba viva, a mi lado.
Era hermosa. Su forma de caminar era muy parecida a la de Biel , pero su boca y cejas eran iguales a las mías.
Me encantaba abrazarla, olfatearla y hacerle cosquillas.
Ella solo se quejaba entre risas diciendo palabras en alemán. Pronto se vería obligada a dejarlo y hablar solo en ingles.
En el aeropuerto, Cameron la cargó sobre sus hombros. Ella iba muy conforme con ello, ponía sus manos en la frente de Cam; le tapaba los ojos para dejarlo a ciegas.
No lo hacía con mala intención, ambos jugaban.
Era increíble que mis dos hijas se sintieran tan a gusto con Cameron, aun no llevando su sangre. Eso me hacía sentirme mal, él no tenía el deber de hacerse cargo de mis hijas; aun así lo hacía, y le fascinaba.copy right hot novel pub