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Destino Inevitable

LVII. Pesadilla.

Entraron a la casa, y el interior era mucho más impresionante, predeterminaban el color blanco y madera congeniando a la perfección. En el hall había un enorme cuadro que ocupaba prácticamente la pared que quedaba en frente de la puerta. En él estaba Alessandro, se veía mucho más joven, a su lado se encontraba otro hombre de cabello castaño, ojos azules idénticos a los de Florentino y rasgos definidos, se parecía bastante a él. En el retrato estaban abrazados mirando a la cámara mientras sonreían felizmente. Aurore no era la única que miraba hacia el cuadro, habían pasado tantos años para Alessandro desde que no veía ninguna imagen o foto de su hermano, estaba reflejado en aquel lienzo como lo había recordado todo ese tiempo, sonriente y risueño como siempre.

–¿Es el papá de Florentino, cierto? –Preguntó sacándolo de sus inmersos pensamientos.

–Sí, es él.

–Se parecía mucho a ti, menos en el color de ojos. –Comentó sin apartar la vista del enorme retrato.

–Sus ojos eran iguales a los de madre. –Vió cierta curiosidad en la mirada de Aurore, sabía que preguntaría por ella, y antes de que pudiera hacerlo la hizo caminar hasta el salón, prefirió dejarlo así por ahora, se lo contaría todo, sin embargo no quería tocar el tema en ese momento.

Entrando al lugar Aurore sintió una calidez de inmediato, una chimenea estaba empotrada en la pared con varios troncos quemándose en su interior, absolutamente todo el ambiente era tan acogedor y familiar; los sofás y cogines, la enorme alfombra que yacía en todo el salón, los cuartos, todo transmitía afectuosidad, sintió que realmente tenía un hogar.

–¿Alessandro? –Escucharon una voz con acento italiano procedente de la cocina, que estaba en la parte derecha del lugar, de la puerta salió una anciana, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

–Amalia, come stai? (¿Cómo estás?) –Preguntó Alessandro sonriente caminando hacia ella, se dieron un cálido abrazo.

–Ora molto meglio che ti vedo, dopo tanti anni. Pensavo che non ti avrei più rivisto, figliolo.

(Ahora mucho mejor que te estoy viendo, después de tantos años. Pensé que no te vería de nuevo, hijo.) –Tomó su rostro entre sus manos con una expresión dulce–. Sei molto più bello. (Estás mucho más guapo.)

Alessandro sonrió ampliamente ante su comentario, la mujer miró en dirección hacia Aurore con aquella tierna sonrisa, le producía tranquilidad verla.

–Chi è questa bella ragazza? (¿Quién es esta hermosa muchacha?)

Él caminó hacia Aurore con una sonrisa pícara sabiendo que se avergonzaría con lo que iba a hacer, tomó su mano acercándola hacia donde estaba parada Amalia, la puso en frente suya, y se ubicó detrás de ella rodeándola por la cintura.

–Alessandro...–Susurró Aurore nerviosa poniendo sus manos encima de las suyas.

–Ella es la mujer de mi vida. –Besó su mejilla, el exquisito aroma de su cabello inundó sus fosas nasales, era fascinante como todo en ella olía tan rico, parecía ser una droga. Pudo percibir el temblor que emanaba su cuerpo al pronunciar sus últimas palabras.

–Así que tu madre tenía razón, no serías jamás igual que aquel hombre. Estoy segura que ahora mismo estaría orgullosa de verlos, hacen una pareja preciosa. –Ahora sí la entendió al hablar, la mujer acarició la mejilla de Aurore con dulzura–. Me alegra mucho conocerte, muchacha. Jamás pensé que el testarudo de Alessandro sentaría cabeza.

–Encantada de conocerla. –Dijo Aurore sonriendo mientras el rubor hacía de las suyas colorando todo su rostro. Alessandro acariciaba su vientre causando en ella cosquillas, sabía que lo hacía a propósito.

–Puedes tutearme, eres como mi nieta. –Tomó una de sus manos–. Llámame, Amalia.

Un sonido procedente de la cocina sonó, parecía ser el horno.

–Ya está listo, vinieron justo a tiempo. –Se encaminó hacia la cocina emocionada.

Aurore se volteó hacia Alessandro y este la apretó más hacia él.

–¿Es tu abuela? –Preguntó curiosa.

–Es la tía de mi madre.

–Es decir, la hermana de tu abuela.

–Es decir, me encantas...copy right hot novel pub

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