Capítulo 557
Alescucharla mencionar a su madre, el dolor en el rostro de Lamberto se intensificó de inmediato. Su voz ronca se entrecortó, “Nelina… Nelina seguro me guarda rencor.”
“Mamá no le guarda rencor!” Violeta lo dijo con firmeza.
Lamberto la miró sorprendido por un instante.
¡Claro! ¿Cómo podría Nelina tener rencor hacia él?
Ella solo deseaba su bienestar, aquel libro de novelas traducidas que había guardado todo ese tiempo, lo que siempre había tenido para él era amor y añoranza contenidos, si no, no hubiera elegido un camino tan desesperado para no destruir su familia, incluso temiendo ponerlo en una situación difícil, murmurando su nombre en el instante antes de
saltar…
Pensando eso, el corazón de Lamberto se llenó de más dolor, las lágrimas de un viejo recorrieron su rostro.
Violeta suspiró, sabiendo que lo único que podía hacer era darle un pañuelo.
La puerta del cuarto, que no había sido cerrada, emitió un leve chirrido. Eran Melisa y Bianca, madre e hija, que habían seguido con cuidado tras ellos. La mirada de Lamberto se posó en su esposa, pero no mostró la misma emoción que había tenido en Casa Navarro. Solo mostró indiferencia y, en lugar de expulsarla con frialdad, simplemente la ignoró.
Melisa vio que no había ni el más mínimo sentimiento en los ojos de su esposo hacia ella, como si fuera una completa extraña, ni siquiera el disgusto quería otorgarle.
La huella de la bofetada aún estaba en su rostro, la sensación de asfixia en su cuello persistía. Después de veintiocho años de matrimonio, se sintió agraviada y lloró acusándolo, “Lamberto, ¿acaso no quieres ni mirarme?”
“¡Qué tenía de especial esa desgraciada de Nelina! He dado tanto por ti, ¿acaso nuestros años de matrimonio no pesan más que tu breve romance con ella? Puede que me haya casado contigo por cualquier medio, pero, ¿he sido realmente feliz en estos veintiocho años? ¿Sabes lo que he pasado con mi soledad y mi melancolía? Siempre has guardado su foto en tu cartera, nunca ha habido lugar para nosotras en tu vida, ¡incluso en la intimidad siempre pronunciabas su nombre, nunca me has amado!”
Lamberto soltó una risa fría, el desprecio evidente en su tono, “¡Nunca te he amado, y ahora solo siento odio!”
Melisa se quedó rígida, sus ojos se tiñeron de rojo..
Pero Lamberto no volvió a mirarla, simplemente anunció su decisión con calma.
“Nos divorciaremos.”
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Melisa se quedó paralizada, con los ojos enrojecidos.
Violeta miró a Rafael y, tras intercambiar una mirada, asintieron levemente y se tomaron de la mano para salir de la
habitación.
Al salir del edificio del hospital, mientras Rafael fue a buscar el auto, Violeta esperaba en la puerta. Justo en ese momento se detuvo un automóvil, al parecer era uno de los Navarro, el conductor abrió la puerta trasera y bajaron Faustina y Silvia.copy right hot novel pub