Los ojos de Eros estaban puestos sobre su mujer, todos estaban sentados alrededor de la mesa, todos mantenían el silencio mientras comían su cena, todos se encontraban tensos por lo que había pasado horas atrás, pero Gea los miraba con atención suspirando.
—Vamos, cambien esas caras… —Pidió esta, los ojos que antes estaban sobre sus platos se posaron sobre ella.
—Fue con la que nacimos, querida luna y si tenemos estas expresiones es por tu culpa. —La voz venenosa de Clarisse resonó.
—Cuida tus palabras, Clarisse, tu actitud me está cansado. —Interfirió Eros.
—Es la verdad, todo lo que está pasando es por su culpa, la muerte de Xel, que ahora la manada esté en vista de los demás, ¿Qué crees hermano? ¿seguirás siendo el rey después del desorden que hizo tu mujer?
—Basta, eres insoportable. —Salió en defensa Analí. Clarisse le dio una mirada fría.
—¡Ella mató a tu hermana! —Gritó en respuesta, Gea solo suspiró sonriendo.
—Ya me tienes cansada con todas las cosas estúpidas que dices, no sé cómo en algún momento pude estar tan cerca de ti, una persona tan vacía por dentro. Sí, maté a Isa, para salarte a ti, salvarlos a todos, y Xel murió por… —Su voz amenazó en quebrarse. —Lo importante es que estamos vivos y si él murió tratando de alivianar las cosas debemos ser feliz para él… porque él se lo merecía. —Las personas que estaban allí la miraban con admiración y asintiendo.
—Y te lo cogiste. —Sonrió Clarisse soltando su veneno, pero todos sabían que no.
—También a tu hermano. —Gea volteó hasta Eros y vió como trataba de ocultar una sonrisa con sus manos, luego de un momento carraspeó poniéndose serio.
—Gea ahora está con el alfa de manada Fores y rey de los lobos, con quien estuvo antes de estar conmigo no le importa a nadie, solo a mí y quizás tampoco a mí; por es su vida, es su cuerpo y si ella lo hizo es porque lo quería y soy feliz porque tuvo lo que quiso y se lo daré hasta que ella muera. —Algo se agitó dentro de Gea, esas palabras eran la que hacía mucho tiempo deseaba oír.
—¿Y si ella quiere…? —La mirada gélida de Gea fue hasta su cuñada.
—Silencio. —Sus ojos parecieron llamear en ese momento, un silencio se formó en la habitación, el carácter de Gea había vuelto al parecer, había llorado por Xel a mares, pero parecía ser que era tiempo de defenderse de la espada de su hijo.
Todas las personas que estaban en el comedor se fueron a sus casas y habitaciones, Gea por su parte subió hasta su pieza con Eros pisándole los talones, cuando estuvieron dentro la chica por su parte fue hasta el baño refrescándose, al salir se encontró con Eros de su lado de la cama boca abajo, ella solo se había puesto una bata de seda que hacía notar sus pezones, ¿Qué acaso algo no iba cambiar?
Ella apagó las luces de la habitación y pudo oír un bostezó de parte de Eros, se maldijo internamente por pensar que lo que había mostrado frente a todos seria la misma que le mostraría a ella, el cuerpo de Gea se acomodó en su lado de la cama dándole la espalda a su alfa, era la primera vez que ambos se iban a la cama a dormir juntos.copy right hot novel pub