Con los ojos bien cerrados, Santiago la abrazó a Vanesa con aún más fuerza, murmurando,
—Por favor no grites, tengo mucho sueño.
Apartándolo, Vanesa gritó,
—¡Joder! ¿Qué quieres?
Volviéndose la vuelta, Santiago la soltó para abrazar el colchón y volvió a dormirse.
Murmurando enojada, Vanesa salió del cuarto y se fue al suyo, ahí cerró la puerta por dentro.
«¡Ahora no vas a poder entrar a mi cuarto!»
Al día siguiente, amaneció Vanesa tranquila.
Tras haberse aseado, Vanesa se fue al cuarto de Santiago, y lo encontró todavía durmiendo. Quería despertarlo, pero se contuvo.
«¡Pobrecito! Debería tener muchos líos que tratar para que se quedara bien borracho.»
Vanesa bajó a la sala para preparar el desayuno. Apenas lo tuvo preparado, bajó Santiago.
Como hoy era sábado, Santiago no tenía que trabajar.
—Vanesa, tengo hambre —dijo Santiago estirando los brazos.
—Come, y lárgate —dijo Vanesa con cierta impaciencia.
Sentándose frente a Vanesa, Santiago la miró con una sonrisa tierna.
—He borrado tus huellas digitales, no vengas a mi casa —dijo Vanesa.
Santiago bajó sus miradas murmurando,
—Lo siento por lo de ayer, estaba borracho y perdí todo juicio.
«¡Mentiroso!»
Tras haber desayunado, Santiago se echó al sofá descansando, Vanesa se le acercó diciendo,
—Ya puedes retirarte.
—Estoy esperando a que Adam me traiga la ropa —explicó Santiago en un tono tranquilo.
Lo volvió a mirar Vanesa. Estaba Santiago ahora bien desordenado con toda la ropa arrugada. Después de una inmóvil observación, Vanesa dijo,
—Pero voy a trabajar.
—Vete pues —dijo Santiago con un rostro inocente—.copy right hot novel pub