—Hemos confirmado que tus amigos son inocentes, pero la policía no tiene todavía confirmado el blanco del presunto. Puede que se confundiera con vosotras, ¿podrías recordar a alguna chica vestida como tú? —dijo Santiago en un tono serio.
Vanesa se quedó sorprendida.
«¿Entonces no tiene nada que ver conmigo?»
Esa noche estaba Fabiana bien borracha que no recordó casi nada, además, ¿quién hubiera pensado que se les habría venido algo peligroso en el baño?
—No recuerdo nada de nada —dijo Fabiana moviendo la cabeza.
Santiago suspiró,
—Vale, lo seguiré atentamente. Por lo que parece, estáis seguras.
—Ni Vanesa ni yo tenemos enemigos, creo que se confundió con nosotras —dijo Fabiana suspirando.
Santiago se calló de pronto, pero con un rostro lívido. Cuando terminaron de comer, Santiago estiró los brazos y dijo,
—Vale, no os molesto más, me voy ya.
Ni siquiera las miró, se marchó Santiago precipitado.
Hasta que lo vio a Santiago subir al taxi, Vanesa suspiró largo y profundo.
«Con todos los líos rodeados a su lado, no se quedará nada relajado en los siguientes días.»
Por la tarde, Vanesa recibió la llamada por parte de la familia la familia Cotilla de que la llevarían mañana a la residencia.
Entonces Vanesa dijo a Fabiana que cerrara mañana la tienda más temprano.
—¿Mañana tienes una cita? —sonrió Fabiana.
—Será una trampa más que una cita —dijo Vanesa con cierta impaciencia.
—Pensé que ibas a presentarte junto con el señor Santiago —dijo Fabiana.
Vanesa se río de pronto,
—No somos amigos ni nada relaciones tenemos ya, no nos veremos sin nada importante.
«Además, estará ocupado estos días con los líos.»
Tras haber cerrado la tienda, Fabiana detuvo a Vanesa,
—Vanesa, tengo una cosa que decirte. Había encontrado al señor Santiago comer juntos con una mujer hace pocos días.
Escuchando sus palabras, Vanesa se quedó sorprendida, luego dijo calmada,
—Es normal que tiene compañía femenina, si él es guapo y con plata.
—¿No te importa? Pensé que seguías enamorándote de él —suspiró Fabiana.
Vanesa se río de pronto,
—No me importa ya. Ya tengo una nueva vida y nos hemos divorciado.
Fabiana suspiró profundo,
—Vale, así me quedo más tranquila.
«Será Lidia con quien estaba comiendo Santiago. Pues me parece genial, que los dos se volverán a estar juntos, ¡muy bien!»
Al día siguiente, apenas llegó a la tienda, Vanesa encontró a Erika delante de su tienda.copy right hot novel pub