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La Gran Sultana

Francia Parte III

¿Por qué estas nerviosa esposa mía?- Pregunto Jesin a su mujer que se arreglaba la corona después de que Mehmed les dijera que el futuro rey Carlos se acercaba con su comandante- ¿Que pasa por tu hermosa cabecita?

- Es solo que jamás me he reunido con realeza de otros lados que no sea en nuestro territorio- Dijo ella, disimulando el hecho de que estaba muerta de nervios por las fiestas de los franceses, no temía que su esposa la engañara, Jesin es la mujer más fiel que ha conocido en su vida, temía a las francesas que pudiesen ver a su esposa como su próximo objetivo, en Estambul las mujeres ya hasta se habían rendido con intentar seducir a su esposa, pero estas no conocían lo fiel de su esposa y había escuchado que no eran muy pacientes y que no toleraban los rechazos

Los afrodisiacos eran comunes en Estambul y muchas habían intentado drogar a su mujer con aquellas malévolas sustancias intentando que tomara sus cuerpos y así obligarla a que se case con ellas. Aldora en su momento y ahora Kristen habían evitado que Jesin terminara en la cama con alguna mujer, pero aquí no había nadie que detuviera a aquellas zorras más que sí misma y no sabía si lo lograría la verdad. Suspiro intentando calmarse y sonrió al sentir los brazos de su esposa rodearla con amor

- No te preocupes mi vida, yo me encargare de todo- Dijo ella acariciando su mejilla con cuidado y amor que hicieron que se derritiera en sus brazos- Ven, terminemos esto rápido que deseo pasar el resto de la tarde solo contigo y nuestra bebe- Mera sonrió tomando a Nasra en sus brazos y Jesin la llevo abrazándola de la cintura hacia la puerta de la carpa. Al salir, lo primero que ve Jesin es el contingente francés con sus armaduras medievales que desentonaban con las finas armaduras de hierro y cuero, su ejercito estaba hecho para la velocidad y solo se defendía ciertas zonas en cambio los franceses eran de ataque con fuerza bruta y necesitaban la protección

El futuro rey parecía bastante bien entrenado, aunque tomando en cuenta que la guerra ha durado casi 100 años, tiene sentido que estuviera preparado, se notaba nervioso y algo temeroso, Jesin suponía que tenía miedo de que ella reaccionara mal a algo ¿Por qué todos pensaban que era una mujer con problemas de ira? Ella tenía problemas con quienes molestaran a sus esposas, nada más. La mujer a su lado debía ser Juana de Arco, usaba una armadura plateada medieval pero mucho mejor hecha, se notaba que estaba hecha exclusivamente para su persona y a la medida, en su espalda tenía una enorme lanza que debía medir al menos unos centímetro más que ella, y eso que debía medir unos 1,65 o un poco más si los ojos de Jesin no le engañan

- Buenas tardes Príncipe Carlos- Técnicamente aún era un príncipe, la coronación seria en unas horas- Es un placer conocerlo- Debido a que era un aliado, tenía que hablar ella y no Mehmed

- Buenas tardes Sultana Jesin, es un gran honor tenerla en la capital de nuestro reino y quiero darle las gracias personalmente por toda la ayuda que nos ha brindado, sin usted, esta maldita guerra infinita seguiría llevándose las vidas de nuestros hijos y ahora estamos más cerca que nunca de al fin lograr la paz- Jesin sonrió cortésmente aunque por dentro estaba sorprendida de lo bueno que era para estas cosas, tal vez por eso será buen rey, mira que el talento para hablar es bueno para las alianzas- Me acompaña a mi lado mi comandante al mando del Ejercito, Jeanne D’Arc

Juana quería rodar los ojos ante el palabrerío del rey, ya lo conocía de sobra, el hombre no era muy valiente en la lucha pero sí que era bueno para la política, sabía hacer buenos aliados y crear alianzas duraderas, su forma de hablar hacia que la gente lo siguiera y aunque Juana movía masas, ella estaba para guiar al ejercito, su voz infundía valor en sus soldados y ella como una mujer de pelea prefería guiar a sus hombres a la victoria que estar sentada tras un escritorio. La mujer de cabello cobrizo poso sus ojos en la poderosa regente de oriente

Habiendo pasado años estudiando sobre cómo leer a las personas noto de inmediato que la postura de la sultana mostraba a una mujer fuerte y decidida, acostumbrada a tener poder y a utilizarlo. Sus ojos de colores distintos mostraban seriedad e inteligencia a pesar de la sonrisa leve que adornaba su rostro. No estaba tensa, en realidad parecía bastante segura de su seguridad pero mantenía a su esposa y a su hija ligeramente atrás de ella y cerca del guardaespaldas/Amante del Visir. Pensó que sería para dejarla en menos hasta que noto que la Sultana estaba usando armadura

No se notaría por las ropas que usaba, el color rojo y dorado cegaban a la vista y mostraba tanto su poder como su dinero, pero las ropas anchas cubrían muy bien el hecho de que posiblemente esté forrada en metal, su mano cerca de lo que parecía una empuñadura de decoración muy excéntrica y la postura relajada de defensa. La Sultana estaba lista para en cualquier momento saltar a proteger a su esposa. Ahora Juana dudaba incluso que la empuñadura sea de mentira, tal vez una forma encubierta de una espada de verdad o una de las armas extrañas que usaban sus soldados a pesar de estar rodeada de sus aliados

Noto también el parecido obvio entre la esposa de la Sultana y el amante del Visir, tal vez hermanos o primos cercanos para mantener unos rasgos faciales tan parecidos, además del color del cabello. El hombre, desde que lo conocían, había demostrado ser un excelente guerrero que era capaz de todo por proteger al visir y se notaba la lealtad que tenía hacia su Sultana al hablar de Estambul y como su Sultana logró derrotar a todos los romanos. Posiblemente si estallaba un conflicto, ese hombre protegería a la esposa mientras la Sultana y el visir pelearían, si la posición cercana y ligeramente dada vuelta del hombre, hermano de sangre de la Sultana lo indicaba

En perspectiva, la Sultana estaba bastante preocupada de la seguridad de su familia, no temía por sí misma si la forma en que su mano descansaba sobre el arma lo decía, pero si le preocupaba su esposa y su hija, ya que a pesar de hablar de manera tranquila con su rey seguía manteniendo una distancia prudente entre el futuro rey y la primera esposa

- ¿Y quién es tan hermosa flor que la acompaña Sultana?- Dijo Carlos recordando mil veces en su mente como sus consejeros le decían que las esposas de la sultana eran su punto caliente, cualquier insulto hacia ellas era pagado con la muerte

- Mi primera esposa y el amor de mi vida, Mera Hatum- La presento con orgullo y tomo su mano con delicadeza. “La amaba de verdad” fue la deducción de Juana ante el beso que le dio en el dorso de la mano, sus ojos habían brillado como luceros que su corazón llegó a dolerle, había soñado con la Sultana por años, enamorándose de la mujer que la haría suya que verla con otra era algo difícil, aunque sabía que la Sultana estaba casada con dos mujeres, no pensó que de verdad hubiera sentimientos entre ellas- Y la pequeña en sus brazos es mi hija mayor, Nasra bin Jesin

- Es un placer conocerla Señora Hatum- Dijo Carlos mostrándole respeto, recordándose que un rasguño a aquella mujer o a la bebe haría que todos aquellos soldados quemaran Paris hasta sus cimientos- Espero que disfrute de los paisajes parisinos y disfrute su estadía en nuestro humilde reino

- Muchas gracias Rey Carlos, hasta ahora las vistas en el camino han sido preciosas y la ciudad es simplemente hermosa- Dijo ella con una sonrisa perfecta. Juana de inmediato la envidio, ella era pésima en las relaciones con otras personas y no hablaba mucho, sentía que sonaba como idiota, pero aquella mujer hablo con tal gracia que hasta sus soldados quedaron algo embelesados con su voz, seguramente sería cantante o algo- Gracias por darnos una amable bienvenida

- Cuando guste su alteza- Dijo Carlos haciendo una reverencia- Espero verlas en mi coronación que será en unas dos horas, será el más grande honor que me pudiesen dar

- Ahí estaremos alteza- Dijo el visir que ya estaba harto de quedarse callado, era Mehmed ¡Él nunca se quedaba callado!

- Perfecto, los vere ahí- EL futuro rey se fue feliz de ahí, ya que no había causado ninguna guerra y Paris seguía en pie, era suficiente para ser feliz

Juana mira por última vez a la Sultana que también le miro, aquellos ojos bicolores parecía que le miraban hasta su alma y sus piernas temblaron ligeramente, se fue de ahí tratando de parecer tranquila, cuando la verdad estaba muerta de nervios. Era una comandante forjada en la batalla, había soñado con sus santas diciéndole que debía unirse a la guerra aunque fuese una mujer y lo hizo, ella no temía a la muerte o a la sangre y su valor fue probado una y otra vez en las batallas que paso, pero estar con la Sultana observándola se sentía como una niña que no conoce nada. Por eso prefería pelear que hablar con la gente extraña, sería buena comandante, pero de verdad, no tenía ninguna habilidad social

- ¿No que era una general?- Preguntó Jesin a su hermano menor

- Si bueno, no es como si hubiera prestado tanta atención ¿sabes?- Murmuró cruzándose de brazos el visir

- Deberíamos ir a prepararnos mi Sultana- Dio Mera intentando llamar la atención de Jesin que se había quedado mirando la espalda de Juana de Arco

- Si será lo mejor mi Bella Dama- Le sonrió con cariño y Mera le devolvió la sonrisa

Jesin se había quedado mirando a Juana, por sus ojos, sabía que había visto esos ojos antes pero juraba por todos los dioses del Olimpo que no podía acordarse. La mujer se le hacía intrigante, más que nada porque nunca espero que una mujer pudiese llegar a ser comandante del ejército francés teniendo en cuenta lo machistas que estos eran, además la mujer era una de los santos patronos de Francia, el mismísimo Napoleón le había dado aquel puesto en la historia, una mujer de apenas 17-18 años había hecho historia que hasta en el presente se seguía tomando como ejemplo de valentía y liderazgo. Jesin recordaba de pequeña incluso estar en las Guías Scout y como Juana de arco era una de sus patronas y se les enseñaba a ser como ella

¿Cómo no sentir curiosidad sobre una mujer que marcó el rumbo de la historia y terminó una guerra de cien años? Esperaba poder hablar con ella en la fiesta aunque sea un poco, aunque parecía algo seria, era algo que hasta esperaba, debía tener una buena columna vertebral para guiar a un ejército de machistas. La parte fanática en su interior le pedía hablar con una de las más grandes figuras femeninas del mundo. Mehmed se supone que también era una figura ultra mega importante en la cultura turca, su cultura, pero sinceramente la primera vez que lo vio no pensó que de verdad estuviera en el pasado

Y siendo sinceros, ahora lo veía como su hermano payaso

Juana se preparó para la coronación, el vestido azul era hermoso y combinaba con sus ojos azules oscuros como el mar, no usaba tacones porque juraba que si los usaba haría el ridículo y ya estaba lo suficientemente nerviosa como para soportar la vergüenza de besar el piso justo frente a la Sultana. En un bolsillo de su vestido guardo con mucho cuidado el frasco con el líquido de color rosa, sabía que era su única oportunidad y no fallaría, esa misma noche la sultana le quitaría la virginidadcopy right hot novel pub

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