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La Gran Sultana

Viktor II

Por aquí alteza- Dijo un guardia guiando a Berk y a Mera por los calabozos subterráneos, donde llevaban a los condenados a muerte. Jesin ni siquiera había tenido que decirlo, el crimen de apuntar a muerte a la Sultana se pagaba con la vida y eso era algo que Mera no podía cambiar, pues ella misma había estado al lado de Jesin y sintió como ella la empujo por mero instinto para ponerlas a salvo y cuando giro tanto su esposa como Viktor tenían las espadas desenvainadas. Jesin estaba en posición de defensa tapándola de la vista, pero Viktor estaba en posición de ataque, si no hubiera habido guardias, tal vez hubiese matado a su sultana y Mera no podía imaginar una vida sin Jesin

Los calabozos eran muy oscuros y fríos pero Berk estaba llevando una antorcha cerca para alumbrar y Mera tenia encima de ella una capa de piel de animal de Jesin, a su esposa le encantaban este tipo de capas por alguna razón que ella no logra entender, pero muchas de las capas son regalos de los pueblerinos a la Sultana, que mataban a los oso o lobos cuando se acercaban o mataban a sus animales. Mera suponía que era una forma de agradecerles a los pueblerinos por su amabilidad o tal vez le gustaba usarlas porque eran abrigadas, no importaba, la cosa es que tenía tantas que Mera y Daniela siempre terminaban sacándole alguna para abrigarse y los niños la usaban para jugar y dormir

Como ahora que Nasra estaba acurrucada en la manta abrigándose mientras jugaba con los mechones de pelo de Mera además del pajarito que se había unido cuando entraron. Mera aun no comprendía como Jesin había logrado domesticar al pajarito para que siempre estuviese con Nasra, porque no importaba donde estuviera ella, el pajarito la encontraba y se quedaba a su lado quedándose muy quieto incluso cuando su hija lo tomaba lo cual era bastante increíble, aunque estaba feliz de que su hija tuviese una mascota, Badir tenía a Duarte (Bueno, era de Daniela) que servía tanto de peluche, almohada y niñera, también podría ser de Nasra, pero la pequeña tenía cierto gusto por tirarle los bigotes a Duarte y aunque el tigre ni se quejaba, Mera no quería que perdiera todos sus bigotes

- Aquí es majestad- Dijo el hombre poniéndose recto frente a una celda, en su interior Viktor estaba maldiciendo su temperamento, era un hombre que había sobrevivido la mayor parte de su vida solo, valiéndose de sí mismo para tener lo que necesitaba ¿Y perdía el control de esa manera? Seguramente Mera se habría asustado con su acción, aunque esperaba que se asustara más de la Sultana, literalmente le grito y lo llevo a las celdas de inmediato sin un juicio

Viktor levanto la cabeza ante las palabras del guardia y sus ojos se abrieron con esperanza al ver a Mera parada frente a él, usando un hermoso vestido verde agua y cubierta por una capa de piel en un lado, su guardia personal estaba su lado alumbrando con antorchas que hacia que el cabello de Mera brillara como el oro más puro que pueda existir. Viktor se levantó a toda prisa arreglándose la ropa intentando parecer decente ante su amada

- Mera ¡Que alegría verte!- Dijo sinceramente, el solo verla hacia que su corazón latiera como loco y la felicidad lo embargara aunque estuviese en prisión esperando un veredicto

- No puedo decir lo mismo Viktor- Dijo Mera, la idea de ver a Jesin muerta frente a ella asesinada por Viktor llego a su mente, una imaginación de su cabeza pero que pudo ser fácilmente la realidad si su esposa no tuviera siempre consigo su espada- atacaste a mi esposa

- Solo quería hablar más tiempo contigo Mera ¡No quería atacarla!- Cuando la empujo intentando detenerla enojado porque le interrumpiera con Mera fue puro instinto, solo estaba algo enojado por su presencia, como un fuerte recordatorio de que aquella muer era la esposa de Mera, incluso el cuello de Mera tenía varios chupetones que solo sirvieron para encender su enojo

- ¡Levantaste tu espada contra ella!- Grito Mera enfadada ¿No quería atacarla? ¡Entonces no habría sacado su espada!- ¡Para mí eso es atacar!

- Solo quería hablar mas tiempo contigo, no deseaba hacerle daño a tu esposa- No pudo evitar decir “esposa” sin algo de resentimiento- Ella no quería que hablara contigo

- Y justa razón tiene Viktor, soy su esposa, no me pueden ver hablando con hombres que no sean mis guardias o familiares- Explico Mera, sabiendo que sería inútil, después de todo el hombre ya estaba condenado a morir- No debiste atacarla, y no debiste intentar hablar conmigo, soy la primera esposa y estaba en rumbo a una reunión oficial con un aliado del imperio, no sé cómo serán las cosas en Hungría, pero aquí es deber de las esposas mantener la paz en el palacio y en nuestra Sultana, el acercarte solo la enfureció

- ¡No es tu dueña! No debe enfadarse porque tienes un amigo

- Lo es Viktor, Jesin es mi dueña…

- Claro que no, si tus padres te vendieron a ella ¡No importa! Por favor Mera, mira tu vida, apresada por las garras de una mujer que tiene mas esposas y puede tener cientos de mujeres con un chasquido ¿De verdad eres feliz? Siendo una mujer que es usada como máquina de cría de herederos ¿De verdad crees que aquella Sultana te ama?...

- Claro que lo hace- La voz de Mera se volvió fría e indiferente ante las acusaciones de Viktor ¿Por qué la gente siempre piensa tan mal de su Sultana? Jesin era una mujer amable y bondadosa, que amaba con todo su corazón y adoraba cada segundo que pasaba junto a sus hijos ¿Por qué pensaban que era lujuriosa? Si ella jamás les obligaba a satisfacerla, es más, a veces debían iniciar ellas porque Jesin tenía miedo a forzarlas- Jesin me ama con todo su ser y me lo demuestra cada día de nuestras vidas como esposas, con regalos, con gestos románticos o solamente pasando tiempo conmigo y nuestra hija a pesar de estar ocupada teniendo que dirigir el imperio más grande del mundo

- Mera ella no te amara como podría hacerlo yo- Mera abrió los ojos algo sorprendida, así que Jesin tenía razón en sus palabras, Viktor gustaba de ella- Por favor Mera, Dame una oportunidad, solo una, y te juro que te hare la mujer más feliz del imperio, te llevare a mis hermosas tierras donde podremos vivir tranquilos y felices con nuestros hijos, solo dame una chance y jamás te arrepentirás. Ya eres una mujer adulta y tus padres no tienen poder sobre ti...

- Dije que Jesin es mi dueña, porque yo deseo que sea así Viktor. Ella es dueña de mi cuerpo y mi corazón, es la dueña de mis fantasías y amores- Explico Mera, ya que se notaba que Viktor pensaba que la habían vendido- Mis padres no estuvieron de acuerdo al principio de mi matrimonio porque deseaban que me casara con un príncipe como Mehmed o Yusuf, pero cuando mi madre se dio cuenta que amaba a Jesin convenció a mi padre, recordándole que Jesin sería la futura visir del imperio y mi padre acepto que Jesin me cortejara.copy right hot novel pub

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