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La Llave En El Lago

Capitulo 83:

13/08/1801

Cipriano se había levantado más temprano que nadie y se había puesto su mejor traje, la boda se realizaría a las diez de la mañana, sin embargo, eran seis en punto de la mañana y él ya estaba preparado, se quedó observando desde su ventana el amanecer y como la niebla blancuzca de las mañanas se dispersaba en el ambiente, a pesar de estar en verano podía notar como se formaba una nube blanca con cada respiración y desaparecía en remolinos a medida que se elevaba.

toc, toc, alguien había llamado a la puerta con sumo cuidado y esto lo sacó de sus pensamientos, le levanto para ver a su madre parada frente a él:

-buenos días -dijo ella

-buenos días -respondió el totalmente serio, ella parecía algo sentimental, tenía los ojos húmedos y la expresión afligida

-Siendo sincera no esperaba que siguieras acá al amanecer -la anciana se acercó para arreglar un poco el traje de Cipriano que parecía desaliñado

-No huiré soy un caballero y di mi palabra

-jum -fue la respuesta de ella, él seguía repitiendo en su cabeza como su madre lo había despreciado un par de meses atrás y, por lo tanto, no entendía por qué ella estaba allí en ese momento- Quiero que sepas que bueno o malo, yo siempre quise que Luciano y tú fuesen felices…

-¿Cómo me voy a hacer feliz si me casare con alguien que no amo? -Dijo Cipriano con amargura

-¿crees que amo a tu papá? -replicó ella con la misma amargura -no lo amo, pero eso fue lo que me tocó en la vida, tú eres un hombre hecho y derecho y nadie te obliga a estar acá, sin embargo, lo estás, así que asume lo que toco y trata de ser feliz con eso

Cipriano suspiró tal vez su madre tenía razón…

Casi en ese mismo momento:

Edward y Oliver cabalgaban a todo galope hasta la ciudad, a diferencia de Cipriano el viaje que tuvieron ellos había sido bastante turbulento y el mal tiempo hizo que llegaran con un día de retraso al puerto por lo que la noche anterior pasó lo siguiente:

“Mientras Edward negociaba el alquiler de los caballos para ir a la ciudad que por lo que habían entendido estaba algo lejos del puerto, Oliver pudo averiguar sobre Cipriano y la condesa:

-Aparentemente, todavía no se han casado -informó Oliver, el matrimonio de una ex condesa siempre seria pie para chismes y habladurías mal intencionadas por lo que si la mujer se hubiese casado ya todo el país lo sabría

-Pues debemos apresurarnos para que ese bastardo no se case… -Edward nunca había sido de decir muchas palabrotas o de insultar a alguien, pero últimamente lo hacía mucho y se lo atribuía a su supuesta prima aunque la palabra bastardo había tomado un nuevo significado y debía tener cuidado de usarla al referirse a Cipriano

-Si tenemos suerte llegaremos antes del amanecer”

Pero lamentablemente al ser la primera vez que visitaban ese país se habían perdido a mitad del camino lo que los retraso, pero tuvieron la suerte de conseguirse con alguien que les dio unas indicaciones muy claras y si se apuraba y tenían la suerte de no volver a perderse tal vez llegarían a tiempo…

Ese mismo día pero en la mansión Wilson

Olivia caminaba de un lado a otro, no sabía que hacer, desde la muerte de Samira Amelia se había encerrado en su habitación y solo salía para comer y aunque tampoco se estaba alimentando bien, si tomaba sopa solo tomaba una o dos cucharadas y luego se volvía a encerrar, si tomaba una manzana comía uno o dos bocados y se volvía a encerrar y así había ocurrido por casi una semana.

La madre de Olivia le había dicho que la dejara en paz, “lo que le pasó es algo horrible y necesita tener un momento para poner en orden sus pensamientos” le dijo, pero Olivia no podía evitar preocuparse y quería que Amelia saliera de su habitación y volviera a llenar la casa de los gritos y risas de Mary Ann, aunque en el fondo Olivia también quería encerrarse y llorar por Samira, ella quería tanto a Samira como a Amelia, sin embargo, había tratado de ser fuerte porque como su madre le había comentado ella había pasado por algo horrible pero no obstante el dolor de perder a su amiga todavía estaba presente.

Amelia por su parte sabía que no podía aislarse y dejarse morir, ella tenía amigos y familiares que la amaban y necesitaba regresar, por lo que cada minuto que pasaba en su habitación repasaba cada uno de las cosas que hizo ese día antes de viajar, pero nada parecía darle la respuesta que ella necesitaba solo se había caído al lago y nada más.

De regreso al país vecino, una hora más tarde:

Lilibeth sintió las contracciones sin dolor, había tenido varias de esas en los últimos días y aunque le preocupaban ningún médico parecía preocuparla, pero hoy se sintió distintas, acarició su vientre cuando sintió una patada de su hijo en el vientre:

-Solo tienes que seguir allí un par de horas más y luego nacerás con un padre que te va a proteger en todo -dijo en voz alta

El niño en su interior parecía gustarle el sonido de su voz porque le dio otra patada, a pesar de que no se sintió con ganas de levantarse, lo hizo y comenzó a prepararse era el día de su boda…

Hola quiero que sepan que ya nos estamos acercando al final de esta parte de la historia yo calculo que todo se resolverá en un par de semanas más, pero he visto en otros s que el escritor pregunta a los lectores que desearían que pasara en el siguiente capítulo entonces les pregunto ¿les gustaría que Edward y Oliver lleguen a tiempo para impedir la boda o no?

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