Después de la discusión con Cipriano, Amelia tuvo que soportar varias clases de baile y etiqueta para hacerla una mujer de sociedad a penas competente, Edward que inexplicablemente después de lo acontecido con Cipriano comenzó a ser más sincero con ella respecto a sus modales y baile (aunque Amelia si sabía el porqué de tan repentina sinceridad) hacía que todo lo que hacía pareciera que lo estaba haciendo mal, pero a pesar de los sentimientos de temor y tristeza que abrazaban a Amelia y hacían sentir que todos sus esfuerzos por encajar estaban siendo un fracaso tras otro finalmente llegó la fecha del baile.
El baile se realizará el viernes 19 de diciembre de 1800, Edward le comento que los bailes en invierno eran muy poco comunes y menos estando tan cerca de nochebuena, pero era lo mejor que podían hacer para acallar los rumores que estaban comenzando a correr en la ciudad, tanto el ama de llaves y un muy alarmado doctor habían llegado para comentar que en la ciudad se hablaba de que Amelia estaba en cinta y que muy pronto habría una boda secreta si no era que esto había pasado ya, el rumor del embarazo de Amelia se fundamentaba en que esta no se le había sido vista en la ciudad y mucho menos en la modista porque sinceramente ¿Qué joven mujer de alta sociedad recién llegada a la ciudad no iba a la modista cuando se acercaban fechas tan importantes como la del nacimiento de Jesús de Nazaret? Y obviamente esa pregunta se complementa con la respuesta de un embarazo secreto que podría ser medido por la cinta métrica de una modista por lo que no quedaba más remedio que asistir a la modista, que por lo que se sabía era una de las chismosas más grandes de la ciudad por no decir del país entero.
Así que al otro día que se presentó Cipriano por dicho rumor Amelia y la señora Beatriz tuvieron que dejarse ver en la modista de la ciudad, Amelia no quería ropa, ya que su plan era marcharse tan pronto el lago sé descongelarse, pero Edward casi se lo ordenó a gritos y al borde de un ataque de histeria cuando Cipriano llegó con la noticia del rumor, la señora Beatriz por su parte sabía que Amelia no era prima de Edward llevaba mucho tiempo trabajando para la familia Wilson y conocía muy bien a la condesa y al conde anterior para saber que Edward y ella no eran primos aunque tampoco podía desechar por completo que fuesen familia por el parecido que físico que era muy obvio aunque, sin embargo, tampoco podía negar algún tipo de romance entre ella y Edward porque para Beatriz había mucha proximidad tanto física como emocional entre ambos, pero por muy atenta que estuviese ella u otros trabajadores no habían visto ningún tipo de contacto inapropiado como un beso o algún intento de entrar en la habitación del otro lo que hacía difícil no sentir algo injusto los rumores, ya que ambos no se habían comportado de manera indecente como se esperaría en una situación de este estilo, pero bueno el ama de llaves nunca podría imaginarse la verdad de todo:
-¿Qué color le gustaría que fuesen los vestidos señorita? -Preguntó la modista mientras maliciosamente le media el vientre y no pudo ocultar su cara de desilusión al darse cuenta de que la joven no presentaba ningún signo visible de embarazo aunque claro, Amelia por lo que sabían los ciudadanos Amelia solo tenía unas dos semanas viviendo en la mansión, no tenían ni idea que ya tenía un poco más de un mes viviendo allí, por lo que aun en sus mentes quedaba mucho tiempo para ver los signos del embarazo en la joven.
-ah -Amelia dudo, ella usaba más que todos colores oscuros, pero Edward le explicó que en el pueblo habían pensado que ella era una joven viuda que estaba disponible para el matrimonio por lo que era mejor que evitará los colores y tonalidades oscuras para dar señal que ella se había quitado el luto para así seguir con esa historia y no solo eso ella tenía que mostrarse interesada en el matrimonio para así poder también acallar los rumores de un romance entre Edward y ella, ¿Pero qué colores eran los adecuados? Y entonces lo vio, había un vestido casi oculto entre los demás, era un vestido azul índigo brillante con un encaje blanco en las mangas, Amelia todo le parecía anticuado porque para ella esos vestidos eran viejos y no se parecía en nada a la moda de su época, pero el color era tan hermoso que sin duda pidió probárselo
-Este quedó rezagado del año pasado ¿Segura que quiere probárselo? -La modista parecía contrariada -Es muy hermoso y de una tela muy cara, pero no está a la moda
-No importa, me encanta el color - Edward le había dado una fortuna para comprarse un guardarropa nuevo, ya que utilizaba la ropa antigua que había en la casa incluso la ropa de la servidumbre y esto le molestaba enormemente porque ella era su invitada, Al probárselo Amelia supo que solo por un día debía utilizar ese vestido, el azul brillante iba muy bien con su color de piel y aunque el vestido era anticuado para ella seguía siendo hermoso y la tristeza que había tenido desde hace unos días se desvaneció por unos segundos, Amelia sabía que estaba entrando en depresión podía ver las señales en sí misma y sabía que un vestido no le quitaría tal sensación, pero sabía que podía hacerla sentir como una diosa por lo menos por un par de horas así que volteo a la modista y le dijo -¿Puede hacerle un pequeño arreglo?
Nadie aparte de la modista y ella sabían que arreglo le habían hecho al vestido, la modista paso los días siguientes antes del baile hartándose con las demás damas de la sociedad que la joven no estaba embarazada, pero seguramente después de ese arreglo que se negaba a revelar habría una boda muy pronto y el rumor del vestido misterioso había llamado tanto la atención de las damas como de la servidumbre e incluso de los caballeros que se enorgullecen por no estar pendiente de los cuchicheos de la alta sociedad, pero el rumor había sido tal que todos en la ciudad estaban en expectativas y por supuesto la modista estaba disfrutando de la atención, ya que no solo había el tema del vestido, sino que también muy pocas personas habían visto a la joven por lo que cuando las madres casamenteras preguntaban por ella esta respondió con malicia:
“-Es más hermosa que un ángel recién bajado del mismísimo cielo”
Incluso Edward que seguía visitando aquellos clubes donde los caballeros negaban que asistían o simplemente olvidaban lo que ocurría adentro, este había sido abordado por más de algún noble queriendo discreta e indiscretamente saber algo de su famosa prima así que llegó un momento en que no aguanto más y pregunto por el dichoso vestido y esto Amelia le sorprendió muchísimo porque no había pasado ni tres días desde que había ido a la modista y pensó para sí misma que la vida sin internet era tan aburrida que debían hacer viral un vestido:
-No te preocupes, es solo uno dos centímetros nada más -Fue lo único que ella respondió, pero para Edward fue un dolor de cabeza constante ¿Uno o dos centímetros de qué? ¿Centímetros de más o menos? Y ¿Por qué ni siquiera Beatriz lo sabía sí ella la había acompañado?
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