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Destino Inevitable

LIV. Monstruo.

Dieron la vuelta para encontrarse con Carina, se veí­a bastante segura de sí misma. Esbozando aquella sonrisa falsa que la caracterizaba.

–¿Se puede saber qué sigues haciendo aquí? –Preguntó Alessandro irritado. Te dejé claro que te fueras antes de que yo regresara, ¿quieres sacarme de mis casillas? –Alzó la voz sumamente molesto.

–Ya me voy, Alessandro. ¿Crees que es fácil reunir todas mis pertenencias?

–Como si las metes en una bolsa de basura, te advertí­ que no quería verte la cara.

La mujer deslizó la mirada de él hacia Aurore.

–Ya entiendo por qué la defendías tanto, ¿desde cuándo llevan juntos?

–Carina...–La rabia vibraba en el timbre de su voz, Alessandro señaló la puerta–. Sabes que cumplo mis amenazas.

–Sí­, pero déjame al menos felicitarlos. Les deseo todo lo mejor en su relación, espero que tengan muchos hijos. –El sarcasmo se podí­a notar de lejos, no perdía su sonrisa hipócrita–. Pero una cosita antes, ¿ella sabe de tu pasado y de lo que eres capaz? No creo que nadie quiera estar con una persona totalmente diferente a lo que uno imagina. Y mucho menos si es un monstruo.

Alessando quiso caminar en su dirección fuera de sí dispuesto a echarla como se merece pero Aurore lo agarró por el brazo impidiéndoselo, él volteó para verla y pudo leer un 'no merece la pena' en sus ojos. Antes de que él pudiera decir algo ella se adelantó.

–Me da igual su pasado, señora. –La miró con frialdad–. Yo quiero estar con el Alessandro de hoy, el hombre que es ahora en el presente y el que será de ahora en adelante. –Esto último lo dijo mirándolo a él, pudo apreciar que sus pupilas se dilataron mirándola–. Le pido que se vaya ya y no busque más problemas.

–Veo que sí se quieren, espero que no terminen como mi hermana y mi cuñado. –Espetó expulsando todo su veneno.

–¡Fuera! –Gritó Alessandro a punto de perder el poco control que tenía en ese momento–. No me tientes, Carina...

–Nos volveremos a ver, Alessandro. –Lo vió fijamente con rabia–. Nos volveremos a ver...

Salió del lugar emitiendo un fuerte ruido con sus tacones a propósito sobre el suelo de mármol. Aurore vió en dirección a Alessandro y este se veía mal, salió de la cocina rápidamente subiendo por las escaleras dejándola a ella y a Olivia mirando la puerta por la que desapareció

Sintió una mano acariciar su espalda.

–Ve con él, Aurore. Te necesita a ti más que a nadie. Aunque parezca estar enfadado con todo el mundo, contigo nunca lo estará.

Aurore asintió y sin dudarlo recorrió el mismo camino, supuso que estaría en el despacho por lo que se dirigió hasta allá, se alarmó cuando escuchó un ruido de lo que parecí­a ser cristal. Entró sin tocar preocupada y se le oprimió el pecho al verlo, a Alessandro, varios vasos estaban tirados en el suelo y el golpeaba la pared frenéticamente fuera de sí­. Corrió hasta él y sujetó su brazo impidiendo que así diera un golpe más. Al verlo sólo quería abrazarlo y no soltarlo jamás, sus ojos estaban rojos y cristalinos.

–Alessandro, no hagas esto...–Vió lo rojos que estaban los nudillos de su mano y un nudo se empezaba a formar en su garganta, elevó la vista hacia él y acarició su mejilla–. ¿Por qué te haces esto?

–Vete de aquí.–Su voz temblaba y el dolor en su tono era evidente.

–Mentira. –Dijo mirándolo fijamente–. No quieres que me vaya, tu mirada me dice todo lo contrario.

–Aurore, vete.

–¡No! –Espetó mirándolo enojada–. No me iré a ningún sitio, ¿escuchaste?

Terminó de hablar para abrazarlo con fuerza, como si fuera esa la úlltima vez que pudiera hacerlo. Alessandro rodeó su cintura con sus fornidos brazos haciendo que ella levantara sus talones para que él metiera su rostro en el cuello desnudo de Aurore, se embriagó con el olor de su piel haciendo que absolutamente todo a su al rededor careciera de importacia, sólo quería seguir así y no soltarla.

–No te hagas daño de esta manera, Alessandro...–Aurore no pudo evitar soltar un sollozo–. No me gusta verte herido.

Alessandro apartó su rostro para verla a los ojos sin soltarla, era un imbécil de lo peor al hacerla llorar de esa forma. Besó primero una de sus mejillas mojadas para hacer lo mismo con la otra. Fue depositando pequeños besos en sus ojos haciendo que ella los cerrara, dejó uno en la punta de su nariz enrojecida y en sus labios.copy right hot novel pub

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