El pomo de la puerta sonó detrás de ellos hizo un ruido, rompiendo el contacto de la pareja. Shery rápidamente abrió la puerta y antes de que su hermana pudiera salir ella entro dentro cerrando tras de sí. Su corazón se le iba a salir del pecho por la emoción, ese beso era como ningún otro. Ethan sabia tan bien, a manzanas verdes. Era delicioso. Estaba tan embobada en sus pensamientos que no se fijo en su hermana que la observaba detenidamente con una sonrisa burlona en la cara.

Daren caminaba por un denso bosque, uno que se encontraba detrás de su preciada casa. Iba solo, sin guardias, ni vigilantes. Era un momento solo para él. Nadie le tocaría un solo pelo, todo eso le pertenecía a él. Y buscaría mucho más. Estaba sumamente oscuro, la luz de la luna iluminaba el sendero por el que se dirigía, olía a frío y a hielo. Pero el no sentía tanto en su cuerpo. La noche era larga, y precisamente esa necesitaba un respiro, desahogarse completamente. Sacar sus demonios a la luz. Lejos podía olerla, su miedo, su temor. La respiración era agitada y entrecortada.

Sonrió, el frío estaba haciendo mella en ella. Cansándola. Era excitante ese juego de perseguir al gato. En este casi a una linda gatita traviesa. Estaba cerca de ella, su olor se intensificaba. De detuvo en medio de un remolino de arboles. Miro específicamente uno y luego dirigió su mirada hacia arriba. La gatita estaba en lo alto de este.

—¿Qué haces allí? Te lastimaras.

—Lárgate. No bajare de aquí salvaje.

—¡Oh! Me siento ofendido. Yo he sido tan bueno contigo todos estos años.

—Ni de chiste.

—¡Baja! Le dijo en tono amenazante.

—NO. Le grito.

Perdía la paciencia por esa maldita perra.copy right hot novel pub