Al día siguiente... En cuanto Doria bajó las escaleras, oyó el timbre.
Doria pensó que Édgar había vuelto y se apresuró a abrir la puerta, pero cuando la abrió, descubrió que la persona era el subordinado de Édgar.
Su subordinado le entregó una maleta:
—Sra. Doria, el Sr. Édgar me pidió que le entregara esto.
Doria lo cogió y agradeció:
—Gracias.
—De nada.
Tras marcharse el subordinado, Doria subió la maleta al cuarto y la abrió. Al ver los utensilios de uso diario y su ropa, se le dibujo una sonrisa en el rostro.
A veces ese gilipollas es muy atento.
Doria sacó todas las cosas de la maleta. Luego se lavó, se cambió de ropa y salió de la casa.
Cuando llegó al Grupo Collazo, Gonzalo entró en su despacho:
—Sra. Doria, ¿ya se siente mejor? ¿No debía descansar dos días más?
Como Doria no acudió a la empresa en los últimos días, Eliseo les dijo a los demás que era porque ella estaba enferma.
Doria sonrió y respondió:
—Ya me siento mejor, me he recuperado completamente. Gracias por tu prepocupación.
Tras esto, Gonzalo puso un documento sobre su mesa:
—Qué bueno que regresara. Este es el estado financiero de este mes.
Doria hojeó el documento rápidamente, lo leería detenidamente más tarde. Entonces, preguntó: —¿Hubo algún problema en la empresa en los últimos dos días?
—Bueno..., el señor Ja... Jairo... —Gonzalo tartamudeó.
Al ver esto, Doria dijo:
—Cuéntame todo. ¿Qué le pasa ahora?
Gonzalo respondió:
—El Sr. Jairo fue acusado de estar involucrado en un caso de asesinato, por lo que no ha dejado de quejarse en estos días. Sin emabrgo, Sra. Doria, quédese tranquila, el caso sigue en investigación, además se dice que esto fue provocado por un remncor personal, por lo que no afectará a la empresa.
Doria respondió:
—Ya veo. Por favor, deja que Samuel venga a mi oficina.
Gonzalo dudó un poco y luego preguntó:
—¿Samuel?
Doria le miró:
—¿Hay algún problema?
Gonzalo negó con la cabeza y dijo con una sonrisa:
—Ninguno. Lo llamaré enseguida.copy right hot novel pub