Cuando Doria se despertó, la habitación estaba a oscuras con pesadas cortinas.
Sólo pensó en levantarse. Una mano le rodeó la cintura y tiró de ella hacia atrás.
En el siguiente segundo, cayó en el cálido pecho del hombre.
La voz grave de Édgar sonó:
—¿Por qué no sigues durmiendo un poco más?
—Me duele la cabeza por dormir.
—El médico ha dicho que estás demasiado cansado. Duerme un rato. ¿Qué quieres comer? Le pediré a Vicente que lo traiga.
Doria dijo:
—No tengo apetito.
Édgar dijo:
—Tienes que comer tengas o no apetito. No quieres volver a desmayarte, ¿verdad?
Doria guardó silencio y no dijo nada.
Al cabo de un rato, sintió que la gente detrás de ella se movía ligeramente. La lámpara de pared se encendió y la tenue luz anaranjada se extendió sin dejar rastro.
Cuando Édgar se levantó, Doria también se sentó. Y preguntó:
—¿Qué hora es?
Édgar bajó la cabeza y miró su reloj y contestó:
—La 1:30 de la tarde.
Doria se frotó la cabeza:
—¿He dormido tanto tiempo?
—No, no es suficiente. Descansa más y te despertaré para la comida—.
Tras la conversación, Édgar salió de la habitación.
Doria no pudo conciliar el sueño. Levantó el edredón y se levantó de la cama, sólo para descubrir que llevaba una camisa de hombre.
Doria se quedó sin palabras.
En el salón, Édgar está llamando a Vicente.
Doria pasó junto a él, se dirigió a la mesa y se sirvió un vaso de agua.
Édgar se dio la vuelta, mirándola fijamente, con las cejas levantadas inconscientemente.
Cuando la trajo del hospital, Doria olía a desinfectante, así que le puso la ropa directamente.
En el teléfono, Vicente dijo:
—Señora, he preparado la ropa de la señora y debo entregarla ahora.
—No es necesario ya.
Vicente no lo entendió.
Édgar dijo lentamente:
—Manda la comida, ya tengo hambre.
—He preparado la ropa, así que puedo enviarla con la comida...
A mitad de la conversación, Vicente se dio cuenta de los factores clave de la misma e inmediatamente cambió su palabra:
—De acuerdo, voy a preparar el almuerzo ahora mismo.
Édgar guardó el teléfono con satisfacción, se acercó a Doria, la vio terminar de beber, estiró el dedo para limpiarle suavemente las gotas de agua de los labios, y sus dedos se quedaron en la comisura de los labios durante unos segundos.copy right hot novel pub