Eda
Me desperezo en la cama relajada y feliz por primera vez desde... No se cuando fue la última vez que no sentía presión, que no tenía que ocultar un secreto o esconder mis miedos, ni siquiera recuerdo una vida en la que no fuera así.
Alaric duerme a mi lado. Me tumbo, admirando al hombre que descansa a mi lado.
- Deja de mirarme - murmura sin abrir los ojos.
Levanto un dedo y le acaricio la frente, desciendo por su mejilla, por el cuello hasta llegar al pecho.
Gracias a él he vuelto a creer en los hombres y en el amor. Le debo mucho, mucho más de lo que él mismo se puede imaginar.
- Sigue tocándome y te voy a tumbar, voy a atarte a la cama y voy a follarte.
Me excito al momento con sus sucias palabras. Solo imaginarlo entre mis piernas hace que sienta movimiento en el bajo vientre.
- Tenemos que prepararnos. Máximo nos ha mandado un mensaje - Explico levantando el móvil delante de su cara.
Abre un ojo perezoso y arruga las cejas.
- ¿Una reunión? ¿De verdad vamos a ir para que nos mande a la mierda?
Estira el brazo y me agarra de la cintura acercándome a él. Alaric tiene razón, no había vuelto a pensar en lo que ocurrió ayer. Yo le di plantón y él se largó sin darle ningún tipo de explicación. Estamos jodidos.
- No importa lo que nos diga, tenemos que ir.
Me separo de él aunque eso es lo último que me apetece y me encierro en el baño. Abro la ducha y dejo que el agua caiga mientras se va calentando.
Es increíble lo poco que me importa perder este contrato o el ascenso. Soy feliz, con mi trabajo de siempre, pero con el único hombre que me comprende y que siempre está cuando lo necesito.
Me he puesto un conjunto informal ¿Qué más da? Unas bailarinas con un pantalón verde oscuro de tiro alto y una blusa negra metida por dentro. Me hago una cola alta y ahueco los rizos que caen por mi espalda.
- Te espero abajo ¿Vale? - Le digo a la puerta del baño cerrada - Quiero hablar con Alma.
Escucho cerrarse el grifo de la ducha.
- Está bien, ahora nos vemos.
Al llegar al Hall giro por el pasillo de la derecha, el que da a los despachos. Si Máximo está ahí, Alma está con él. Se han convertido en una especie de siameses.
En cuanto me ve camina hacia mi con el rostro lleno de preocupación.
- ¿Estás bien? El lector de tarjetas se rompió y no podía entrar. Estaba tan preocupada.
La abrazo con todo el cariño del mundo. Siempre nos hemos protegido todas, somos una piña.
- Estoy bien. En realidad, estoy mejor que bien.
Se separa y pone una media sonrisa sospechosa. Alma vio como Alaric tiraba la puerta abajo. El muy animal después tuvo que llamar a recepción para que mandaran a alguien a arreglarla. También le dejaron claro que lo apuntarían en su cuenta.
Máximo llega hasta nosotros. Pasa un brazo discreto y rodea la cintura de Alma. Le dejo un suave beso en la sien. Este hombre tan serio y estirado es tan dulce con ella que no logro comprender cómo puede ser de dos formas tan distintas.
- ¿Puedo hablar con tu amiga un momento?
La boca se me abre hasta la estratosfera ¿Le está pidiendo permiso? Alma le sonríe y se aleja para darnos algo de intimidad. Yo intento recomponerme y que no se de cuenta del shock en el que me ha dejado.
- Señorita Blake, Alma me ha contado su problema con las tormentas. No voy a tener en cuenta su falta de ayer.
- ¿De verdad? Pensaba que quería hablar con nosotros para mandarnos de vuelta a Nueva York - Río por mi propia broma.
Máximo no muda su expresión ni un ápice. No le hace gracia nada. Para que se riera conmigo debería llamarme Alma y medir diez centímetros más.
- He convocado la reunión para informarles de mi decisión de colaboración con uno de los bufetes.
- Entiendo, muchas gracias por seguir contando con nosotros.
Me tiende la mano y se aleja en la misma dirección que mi amiga.copy right hot novel pub