Alaric
Han pasado dos semanas desde que Eda enterró a su abuela. Es un duro golpe perder a alguien que quieres, pero más duro es perder al último miembro de tu familia. Y yo no sé cómo cojones acercarme a ella. No me lo permite, aunque la llame o le escriba mensajes, no contesta, no da señales de vida.
Cada vez la siento más lejos, casi como si nunca la hubiera tenido. Si pudiera explicarme... Podrían cambiar las cosas, pero no, ella no da segundas oportunidades.
Desde hace varios días dispongo del despacho de mi padre. Él se ha jubilado y yo he trasladado todos los asuntos de trabajo de las dos empresas a este edificio, así tendré a Eda más cerca ahora que por fin se reincorpora al trabajo.
Todavía me cuesta creer como el día del entierro, cuando estalló la tormenta, ella ni se inmutó. Como si no pudiera sentir nada por dentro. La palabra que me vino a la cabeza fue vacío. Y me jode no poder estar con ella, me jode que no me escuche y que no me permita explicarme .
Algo bueno tenía que tener, y es que soy muy cabezón. Si Eda no me permite ningún movimiento, tendré que hacerlo a sus espaldas, sin que ella se entere.
Suena el teléfono del despacho.
- Alaric Lyon.
- Ya ha llegado señor.
Informa la chica de recepción. Dí órdenes claras. En cuanto Eda pusiera un pie en el edificio debían informarme. Me levanto del sillón y espero un par de minutos dando vueltas, miro el reloj nervioso, lo último que quiero es que me pille en medio de mi plan y se vaya al traste.
- A la mierda.
Salgo con un montón de papeles bajo el brazo. Camino decidido hasta el ascensor. Tamborileo los dedos, la espera dentro se me hace eterna. Cómo lo complican todo las mujeres.
Se abren las puertas. Al final del pasillo veo a la secretaria de Eda concentrada en algunos papeles. Voy hacia ella.
Levanta la vista de los documentos cuando apenas me quedan un par de metros para llegar a ella.
- Señor Lyon - Dice nerviosa - ¿Puedo ayudarle en algo?
Si pudieras convencer a la mujer que hay dentro de que me perdone serías de gran ayuda.
- Necesito que la señorita Blake firme estos documentos.
Asiente nerviosa, porque una cosa era tratar con mi padre, que jamás salía de su despacho. Y otra muy distinta es que tu jefe sea alguien joven que no sabes si te puede despedir a la primera de cambio.
Dejo los documentos sobre la mesa y me vuelvo para irme, al final decido darle un giro dramático para que Eda no se tire días leyendo lo que pone en todos y cada uno, si no mi plan no habrá funcionado.
- Los necesito para ayer.
- Por supuesto, señor.
La chica los recoge rápidamente de la mesa y se los pega al pecho para que no caigan al suelo. Sale corriendo hacia la puerta donde la mujer que me odia trabaja.
Menuda mierda. Las mujeres con las que he estado jamás me han dejado. No tenía que buscarlas ni insistir para que me perdonen porque eso, simplemente no ocurría. Espero que después de este gesto Eda si lo haga.
Acabo de dar un paso muy importante, un paso decisivo.copy right hot novel pub