Modo oscuro
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Nunca juegues con el diablo

Las amigas siempre te ayudan

Eda

No puedo creer lo que acaba de pasar. En un instante todo se ha torcido. Alaric se ha ido y me ha dejado en el palco del teatro completamente vacío. No tiene sentido que me quede a ver una obra que ni siquiera voy a poder disfrutar. Antes de irme recojo el anillo del suelo. Es precioso. La estrella brilla con vida propia. Me levanto y salgo por el mismo sitio que Alaric hace un instante.

¿Cómo se le ha podido ocurrir pedirme que me case con él? Llevamos saliendo unos pocos meses. Nos llevamos genial y sé que le quiero, pero de ahí a dar ese paso tan importante... Además, me ha pillado completamente desprevenida, no me esperaba algo así.

En la calle los guardaespaldas esperan delante del coche en el que vinieron.

- Nos ha dicho el señor Lyon que la llevemos a casa - Informa uno de ellos acercándose.

Genial. Por lo menos todavía le importo lo suficiente como para que le preocupe mi seguridad.

Saco el teléfono y marco su número de teléfono. Los tonos se suceden uno tras otro sin que haya respuesta. Cuando la llamada se cuelga sola, vuelvo a insistir.

- Cógelo, por favor - Suplico en voz baja.

La llamada vuelve a cortarse. No tiene intención de responder ni de escuchar lo que tengo que decir. Ya sé que es duro ser rechazado, pero al menos podría haber esperado a que se me pasase el shock para poder darle una explicación.

Llegamos al parking. Les doy las buenas noches y me bajo. Mientras subo en el ascensor cruzo los dedos porque esté en casa, aunque sea enfadado, porque la última vez que se enfadó se emborrachó hasta casi no saber ni lo que hacía.

- ¿Alaric? - pregunto abriendo la puerta.

Paseo por el salón. Está todo exactamente igual que cuando nos fuimos. Subo las escaleras hasta la habitación. Tampoco está. Voy directa hacia la habitación de invitados por si este berrinche ha hecho que quiera dormir solo. Nada, no está por ningún sitio.

Una vez más le llamo, aunque ya no tengo la esperanza de que conteste.

¿Por qué no puedo ser una persona normal? La típica chica que cree en el amor a primera vista, los corazones y las flores, las bodas, la familia, el amor incondicional. No, yo soy la rara. La que pensaba que iba a terminar sola entre gatos, la que pensaba que no se merecía ser querida, que no tenía opciones de encontrar un hombre como Alaric y cuando lo encuentro y me pregunta si me quiero casar con él, me bloqueo.

La llamada se corta otra vez. Me siento en el sofá, abatida por lo que ha ocurrido. Saco el anillo y vuelvo a observarlo. Lo levanto frente a mis ojos, y como si un imán tirara de mis dedos, lo bajo hasta la otra mano, y despacio voy introduciéndolo en el dedo anular.

Extiendo el brazo e inclino la cabeza ligeramente. ¿Por qué un simple anillo, que es la muestra de lo que sentimos el uno por el otro, me ha provocado taquicardia?

Me tumbo en el sofá y me tapo con la manta que hay doblada en una de las esquinas.

Escucho el ruido de los coches antes incluso de abrir los ojos. Maldita sea, me he quedado dormida. La luz entra por los grandes ventanales y aunque la calefacción está encendida al mínimo, estoy tapada hasta el cuello porque el invierno ya se nota bastante.copy right hot novel pub

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