Alaric
Llevo unos días en la Toscana. Necesitaba alejarme para poder pensar.
Nuestro bufete trabaja con varias empresas aquí, y he aprovechado eso para huir como un cobarde. Estoy cansado de los desplantes de Eda. Siento que estamos en puntos distintos y que al fin y al cabo, estoy perdiendo el tiempo.
Mis fuerzas flaquearon al verla dormida en el sofá. Respiraba tranquila y despacio, pero su ceño fruncido mientras murmuraba cosas que no entendía, me insinuaba que no estaba descansando realmente.
Hice la maleta sin hacer ruido y salí de mi casa como un vulgar ladrón. Yo jamás me he escondido de nadie, pero ahora mismo soy incapaz de enfrentarme a ella sin decir algo de lo que pueda arrepentirme después.
Me ha llamado tantas veces que no se ni el número exacto, pero no he contestado ¿Qué puede decirme? ¿Entiéndeme? ¿Lo siento? ¿No creo en el amor y te lo he dicho cientos de veces? Nada nuevo. Todo lo que pueda decirme ya lo ha hecho.
Dejo la copa de vino sobre la mesa y me pongo las gafas de sol. Cierro los ojos y disfruto del calor. Es invierno y los días son cortos y fríos, pero hoy es uno de esos extraños días que parece más bien verano.
El teléfono vibra sobre la mesa. Lo tengo boca abajo para no ver la pantalla. Ignoro el ruido que hace durante unos segundos. Cada vez que suena mi corazón se olvida de latir porque quiero descolgar y decirle a Eda que no tiene ni idea de lo que está haciendo. Nadie la va a querer más que yo, eso es imposible. Una cosa me ha quedado clara; querer a alguien no es suficiente para que esa persona te quiera a ti con la misma intensidad.
Cuando el teléfono deja de vibrar lo levanto despacio, desbloqueo la pantalla y leo el nombre que me quita el sueño; Eda. Esta vez ha dejado un audio. Coloco el dedo encima unos segundos hasta que aparece la opción de escuchar o borrar.
Quiero borrarlo. No me apetece escuchar excusas, lo único que hace es que me sienta más estúpido de lo que ya lo hago. Pulso borrar.
¿Está seguro de que desea borrarlo? Hasta el teléfono sabe que no se qué hacer y me lo pone igual de difícil. Pulso NO.
Me lo acerco al oído y escucho lo que sea que tiene que decir.
Alaric, entiendo que no quieras hablar conmigo, de verdad que lo entiendo. Tu secretaria me ha dicho que dentro de cuatro días vas a volver, podremos hablar ¿Verdad? Tengo algo importante que decirte y me gustaría que me dieras la oportunidad.
Hace una pausa en la que sólo se escucha silencio absoluto.
Te echo de menos - La voz se le ha vuelto gangosa y escucho como se suena la nariz. Esta llorando joder - Te quiero.
El mensaje se termina y me siento como auténtico cabrón. Me he alejado porque necesitaba tiempo para pensar con claridad sin Eda cerca, pero tampoco quiero que sufra por mi, la quiero demasiado.
Muevo el dedo por encima de los contactos de la agenda hasta que llego al de la mujer que amo. Sin darme tiempo a arrepentirme pulso sobre él. Suena un tono y justo después la voz desesperada de Eda.
- Alaric, gracias por llamarme - Dice aliviada aunque con la voz tomada - ¿Cómo estás?
- Eda, escucha - Respiro profundo antes de informarle sobre lo que he estado pensando - No quiero que sufras, de verdad que no, pero deja de llamarme por favor.
Me quito las gafas de un manotazo y me aprieto el puente de la nariz. Odio la conversación que estamos teniendo.copy right hot novel pub