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Ópalo

Capítulo 7: Inciso B

Sentada en un banco frente a una coqueta, tatareaba una canción mientras cepillaba su cabello, verse hermosa no era algo suyo, no cuando jamás tuvo a su alcance nada que pudiera hacerla verse cuidada. También, amaba cantar; pero lo dejaba para sus momentos solitarios. Nadie podía oírla, de lo contrario consumiría las almas de todos los que la rodearan mientras sus cuerdas vocales entonaran una canción a capela. Lamentaba ser la muerte, así como odiaba su naturaleza, ella hubiera preferido nacer como una ingenética.

¿Por qué Ópalo se torturaba buscando el poder dentro de su ser?

No tener que soportarlo sería una bendición para ella; ser humano había pasado alguna vez por la mente de un ser mágico inevitablemente, la carga de un poder especial era pesada como para que fuera agradable. Deseaba poder dormir, descansar, vivir como lo haría cualquiera e, incluso, poder llegar a morir como todos. Quizá, el solo hecho de que los cuerpos a su lado no se quedaran sin almas cada vez que abría la boca sería la solución de todo. Aun se preguntaba: ¿Existía una salida? ¿Podía ella llegar a ser humana de algún modo?

Inmortal, aquello resultaba un deseo para muchos en su posición. Aun viviendo en un mundo rodeado de personas como ella, resultaba ser el mismo infierno.

Colocó adornos en su cabeza, se sentía extraña usando todo aquello, una Banshee arreglada. ¿Podía ser verdad? ¿De dónde provenían todos aquellos lujos?

Las joyas, el maquillaje, los perfumes, el oro. La tierra de Nahgsón parecía ya no tener nada de aquello en su poder.

¿De dónde sacaban todo eso?

Ella no era nadie para utilizarlo, no era más que una huérfana mintiendo ser ingenética para estar bajo la sombra de Ópalo, tampoco conocía con exactitud a aquella chica. Al reformatorio no llegaba mucho de lo que pasaba en el reino, no lo había visto jamás. Para ella la vida siempre fue igual desde tiempo inmemorables.

Ópalo abrió un poco la puerta de la habitación dónde Kenia estaba, tan pronto el sonido de su voz llegó a sus oídos, los tímpanos le empezaron a arder.

Ella se quejó de inmediato evidenciando su presencia y Kenia se vio obligada a callar, de lo contrario le daría mucho más que un simple dolor de oídos.

―Deberían llevarte a la horca por cada vez que has intentado cantar ―dijo Ópalo acercándose a ella, metió los dedos en sus orejas y los sacudió un poco, intentando liberarse del dolor. Kenia suspiró con fuerza e ignoró aquello, guardando silencio mientras terminaba de adornar su cabello―. ¿Por qué tan arreglada Kenia? ―insinuó Ópalo dejándose caer en un sillón no muy lejano a ella.

Volteó a mirarla con sospecha.

¿Desde cuándo actuaba de aquella manera tan tranquila y relajada en su presencia?

Sabía que algo tramaba, podía verlo tras esos malvados ojos, estaba actuando como si fueran amigas íntimas en lugar de gritarle y atacarla como todos los días.copy right hot novel pub

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