Para aquella hora ya había anochecido, continuaba buscando el Ópalo que Christopher lanzó al bosque y la oscuridad lo alcanzó antes de lograr hallarlo. Había rebuscado en el pasto y las hojas secas con total desesperación sin dar con la joya. A pesar de que el sol ya se hubiera ocultado y la noche empezara a hacerse espesa, seguía allí. Sentía dentro de sí mismo que aquella piedra era la puerta de los misterios y dudas que empezaban a encarnarse en su alma. Lo llevaría a Paola y, por lo tanto, a los secretos de Jay.
Quizá Chris si se equivocaba; tal vez encontrar a Paola no era realmente lo que lo movía. Si no aquel acto que quedó grabado en su memoria y llegaba mucho más lejos de querer mantener a salvo a Paola, quería ganar, quería descubrir lo que estaba utilizando para atraerla y saber la respuesta a todas aquellas preguntas que sus celos alcanzó a crear. Como un buscador de tesoros quería dar con el premio gordo y descubrir el misterio de la leyenda que envolvía la “X” marcada en el mapa.
Su oído lo hizo detenerse ante un sonido no muy alejado, se irguió mirando a su alrededor dejando que su mente notara lo mucho que ya había oscurecido. Visualizó mejor su ambiente, estaba solo; pero en medio del silencio podía escuchar que algo lo acompañaba lejos de su vista y conocimiento.
Miró sus manos llenas de tierra.
¿Debía rendirse ya?
No haría mucho cuando la oscuridad se volviera completa y sus ojos no vieran más que reflejos perdidos de la luz de la luna. Suspiró resignándose al saber que era hora de regresar a casa.
Escuchó el movimiento una vez más, giró sobre su lugar esperando encontrar lo que lo acompañaba.
¿Realmente estaba solo?
Esperó por un momento más sintiendo sobre su piel aquella presencia desconocida, estaba convencido de que había alguien allí. No hizo ruido ni llamó por alguien, tan solo se quedó plantado en su lugar siendo su respiración lo único audible.
¿En realidad se estaba volviendo loco?
Empezaba a escuchar cosas que no eran. ¿Tenía Chris razón? ¿Había alucinado con lo que vio en el ópalo y lo que Jay hizo?
Sacudió su cabeza quitando aquella idea de su cabeza. ¡Claro que no! ¡Él sabía lo que sucedió!
Dejó las manos en los bolsillos de su pantalón y caminó de regreso a casa... su casa. De cabeza baja e insistente mudez, sin cortesía alguna llegó a su hogar y pasó de largo a su esposa encerrándose en el cuarto de baño tan pronto pudo.
Kenia apoyó su espalda en el umbral de la puerta de la habitación principal, la cual les pertenecía. Se casaron hacía una semana, y él huyó a la mitad de la recepción, en toda aquella semana apenas se hablaron; se suponía que debía de estar disfrutando de su luna de miel a la cual Andy se había negado a ir.
¡Todo por culpa de Paola! ¿Por qué seguía arruinando su vida?
Bufó furiosa y se perdió en el pasillo. Necesitaba hacer que Andy olvidara por completo a esa mujer, no quería vivir toda su vida de aquella manera. Caminó de un lado a otro de la sala de estar pensando en alguna forma de terminar con ello de una vez por todas.
¿Cómo hacer que Andy la olvidara? ¿Qué era lo que la hacía recordarla tanto?
Enseguida se detuvo, miró en dirección a la casa de Paola y recordó el lugar al que Chris le llevó aquella tarde para demostrarle que Andy continuaría intentando dar con ella.copy right hot novel pub