Logró librarse de Ópalo escabulléndose por el palacio; debía encontrar a Kenia y decirle sobre lo que descubrió. Quizá aún no era tarde, podía solucionar las cosas entre Adkins y su señora. Corrió por los pasillos del palacio buscando a la prometida del príncipe entre múltiples habitaciones. Cuando salió de su presencia dijo que buscaría a Jackue. Sin embargo, debía hablar con ella cuando no estuviera en presencia de su alteza. Sospechaba con ligereza que él tuvo que ver en el acto tan atroz de suplantación contra el vampiro.
Sus pies pisaban ligero en los pisos de mármol corriendo sin causar mayor ruido en los pasillos; debía pasar desapercibida ante el amo y señor de aquella casa hasta dar con su señora. No escatimó en esfuerzos, yendo por todas las habitaciones de que fueron posibles y por las cuales concluyó ellos podían estar.
Se sentía culpable, eso la movía con más ansias, fue un simple objeto, a ella también la engañaron de manera desconsiderada. Era noble, sencilla, amable e inocente; eso la hacía el mejor postor como señuelo.
Fácil de engañar y controlar.
Al fin pudo dar con ella, a lo lejos la vio adentrarse en el palacio viniendo desde el jardín; se apresuró a llegar hasta ella y caer ante ella de rodillas, un tanto melodramático para Kenia, pero muy normal para Besodeya y su actitud tan arraigada a una era pasada.
―Mi dulce dama, hay algo que debe de oír sin demora ―dijo ella ocultando los ojos de Kenia en señal de respeto ante su posición como la prometida de príncipe.
―Silencio, ponte de pie, apresúrate ―ordenó Kenia levantándola del brazo, así ayudándola a ponerse de pie. No soltó su brazo, miró sobre su hombro asegurándose que nadie las siguiera para correr junto a Besodeya adentrándose en el palacio hasta su lugar predilecto: La biblioteca. Echó a Besodeya dentro para luego seguirla y cerrar aquella enorme puerta―. Ayúdame a poner esas sillas contra puerta ―pidió ella.
Aunque el seguro era bastante confiable necesitaba algo más de seguridad. Así lo hizo la dríada, amontonó cosas contra la puerta mientras ella así lo hacía, Kenia tomó la escalera de la biblioteca y escaló el librero que quería dónde pensaba que encontraría lo que necesitaba.copy right hot novel pub