Ese día Chris sacó su muy guardada motocicleta de la cochera en la casa de visitas; se la quitaron por varios meses luego de que la vieran incriminada en el crimen que hizo que medio muelle privado explotara en el aire; culpa de Andy y de sus propios padres por darle todo lo que él quería, siempre y con tal de hacerle una maldad a Paola.
Para medio día, recorrió casi toda la isla en su transporte a motor, amaba esas cosas. ¡¿Cómo la había dejado allí?!
No quiso volver a la ciudad, realmente esperaba el momento indicado para marcharse, cuando supiera que las cosas al fin estarían bien para su hermana; que Andy no fuera tras ella intentando acosarla y que sus padres no intentaran frustrarle los planes, por simple maldad y orgullo.
Todo el tiempo fuera manejando le dio tiempo para pensar en todo lo que pasaba en su vida, en su pasado; él no recordaba muchos detalles de sus primeros dos años de vida, que fue cuando su hermanita entró a su vida; no recordaba ver a su madre embarazada, no tenía la menor idea en que momento Paola llegó, solo sabía que la amó de todo corazón tan pronto la vio. Más que hermanos, siempre habían sido mejores amigos, apegados, dependientes el uno del otro. Ahora mismo la extrañaba, se sentía como quizá ella llegó a sentirse cuando él se marchó a estudiar, siguiendo la presión de su padre a la cual cedió por estrés, llegó un momento en que no los soportó, vio la mejor manera de escapar de ello al irse, de lo contrario explotaría de furia y sus acciones no serían las mejores.
Su corazón se desgarró al despedirse de ella, luego de tantos años, solo pudo estar a su lado un par de días. Ahora pasaban meses desde que ella se marchó y la última vez que la vio.
Esperaba ansioso la noticia de la boda; ahí simularía que volvería a la ciudad a estudiar, pero en lugar de ello iría secretamente a visitarla y estar junto a ella en su matrimonio. Tenía la esperanza de que aún no se hubiera casado y no le avisara, se sentiría herido de corazón en caso de que eso sucediera, pero tampoco la juzgaría por ello.
Luego de bajar de la montaña, parqueó su motocicleta en un bar y restaurante a las afueras de la ciudad. Tenía hambre, no comió nada desde el desayuno.
Apagó la motocicleta y sacó la llave, echándola en su bolsillo del pantalón para luego bajarse e ingresar al establecimiento. Se acercó a la barra y pidió una cerveza, la cual no tardaron en servirle. Dio un par de tragos y se sintió inmediatamente reconfortado, tenía mucha sed.
Apoyó su espalda en la barra y dio una vista rápida por los rostros de quienes se encontraban allí. Perdió el apetito al encontrarse con algo que estaba harto y fastidiado de ver, en aquella etapa de su vida no había nada que quisiera más que no tener que verlo nunca.
Andy estaba al final de la barra, también con un trago en su mano. Cuando sus miradas se cruzaron, la tensión en el aire se hizo inmediata, siendo perceptiva para cualquiera.
Andy dejó su banco y dejó un billete en la barra para luego intentar marcharse; pero siendo interceptado por Chris a medio camino.
―No pretendía incomodar al rey de lugar; no se moleste, yo me iré, tu llegaste primero. Aunque parece que eso es un hecho que no le importa a mi familia, tampoco a ti ―dijo Chris. Andy solo lo miró con molestia, arrancando el brazo de la mano de Chris.
―Solo son unos recogidos, no esperes privilegios de una familia que tampoco es la tuya. Yo me gané mis retribuciones ―dijo a manera de reproche.
― ¿Se puede saber de qué diablos estás hablando? ―preguntó Chris.
Andy estaba cada vez un poco más loco de lo normal. La partida de Paola parecía haberle afectado a su cordura mucho más de lo que imaginaba.
―No, no te haré ese favor ―le escupió en su rostro antes de marcharse.
Primero traicionó a Paola casándose con su enemiga; segundo la insultó y maltrató, tercero intentó matarlos: a Paola, Jay y media marina llena de trabajadores y personas en sus botes; para por último acusar a Jay de ser un tipo de extraterrestre.
¿Ahora salía con esto?
¡Ni siquiera sabía que era lo que quería decir!
Pero algo si entendió, se refirió a ellos cómo intrusos en su propia familia; personas ajenas que intentaban arruinarlos, cosa que jamás hicieron.
Chris sintió sus manos sudar, las hizo un puño y las estiró, sintiendo su sangre arder poco a poco, hasta que subió a su cabeza.
Corrió tras Andy, lo tomó del hombro haciendo que volteara para luego boxear con su rostro, un golpe tras otro en dos ocasiones seguidas.copy right hot novel pub