Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Ópalo

Capítulo 10: Inciso C

Luego del trabajo, tomó una ducha reconfortante; después de estar toda la mañana en el campo era una necesidad, además de un gusto.

Fue hasta la cocina por un té para su ardor matutino del estómago y regresó a su habitación con la taza en la mano. Tomaría pequeños sorbos mientras doblaba y acomodaba la ropa limpia de Jay y la suya en el armario.

Pasó al menos unos veinte minutos entretenida con ello, hasta que lo interrumpió para poner algo de música en la computadora para animar un poco la tarea, era una buena tanda de ropa por acomodar. Cuando buscaba algo conforme a su estado de ánimo para reproducir; entró un correo electrónico a su bandeja de recibidos. Por unos segundos pensó en revisarlo, pero mejor lo ignoró, cuando terminara con su tarea se sentaría un rato a la computadora y quizá navegar en Internet un rato. Sin embargo, mientras caminaba de allá para acá en la habitación, pasando frente a la PC hacía su curiosidad cada vez más grande, quería leerlo, saber que era lo que recibió.

No logró compartir su curiosidad y se dejó vencer, cayendo frente al ordenador. De todos modos, ya casi terminaba. Abrió la ventana en la que su correo se hallaba y miró el dichoso e-mail que resultó no ser más que un aviso de una de sus subscripciones de videos semanales. Se echó para atrás en la silla, pensando un poco en la isla, en aquella que dejó y a la cual no quería volver. No obstante, estaba interesada en saber lo que pasó en las seis semanas que llevaba lejos.

Tecleó ingresando la dirección del principal diario de la isla y presionó ENTER.

Su estómago se revolvió tan pronto la página cargó su contenido y las fotos de manera clara. Andy de nuevo estaba en las portadas de los diarios y no dudaba que fuera también el centro de atención de los demás medios. Esta vez fue arrestado por disturbios y violencia, más adelante encontró el nombre de Christopher citado en el artículo.

Suspiró, enserio lo arruinó todo entre ellos. Por otro lado, no se sentía culpable por la conducta de Andy ni porque de nuevo estuvo metido en la cárcel, solo él tenía la culpa de esas malas decisiones. Aun así, la esperanza de que se retractara no murió en su corazón, no por querer algo con él, sino por aquello que alguna vez habían tenido: una gran amistad, tanto ella, cómo Chris y Jay.

Paola sentía que ya había superado a Andy para aquel momento, estaba totalmente conforme con el nuevo camino que llevaba su vida, no quería cambiarlo. Sin contar que ya Andy había hecho su vida con Kenia, detalle el cual ya no le dolía en lo absoluto. Pero lo que si le angustiaba era saber que su viejo mejor amigo iba de mal en peor.

¿Aún tenía que ver con ella?

Si era el caso de que ella no le interesaba, ¿por qué actuaba de aquella manera?

Jay entró a su habitación, mirando a su prometida morderse la uña del dedo meñique mientras miraba la pantalla del ordenador de manera perdida. No leía ni se concentraba en lo que estaba en la pantalla, estaba concentrada en su propia mente.

― ¿En qué piensas tanto cariño? ―preguntó, no era de extrañar, ella siempre tenía algo que pensar.

―En realidad, en nada ―respondió ella alzando su cabeza para mirarlo a los ojos.

― ¿Entonces a que se debe esa mirada vacía?

―Andy de nuevo estuvo encerrado en la comisaría, incluso Christopher, estoy segura de que fue por un conflicto entre ambos ―respondió con total tranquilidad, sin miedo a utilizar a Andy en la oración, sabiendo lo sucedido entre él y Jay.

― ¿Cómo te hace sentir eso? ―preguntó su prometido inclinándose a su lado, era obvio para él que a ella le importaba lo que había sucedido.

¿Pero de qué manera?

― ¿Confundida? ―dijo dudosa de su propia respuesta.

― ¿Qué tipo de confusión?

Puede que pareciera un interrogatorio, pero no lo hacía por celos o de mala manera.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio