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(Recomendado) ATRACCIÓN ORIENTAL

CAPÍTULO 25

Nael, en su intento de no demostrar falta de cortesía, contuvo un suspiro de fastidio.

Si algo debía reconocersele a Haleine LeBlanc, es que era una mujer perseverante.

《EL QUE PERSEVERA; VENCE》

Así solía decir la abuela, pero este no sería el caso. Él amaba a una sola mujer; capaz de darle todo lo que necesitaba y mucho más.

Tomó el teléfono y lo llevó a su oído.

-Buenas tardes, señorita LeBlanc.

-Alteza- dijo con voz entusiasta- que placer saludarle. Usted podría llamarme Haleine.

-Podría, pero no es adecuado. ¿A qué debo el honor de su llamada?

-Mi padre me ha dicho que usted se ha negado a nuestra propuesta.

-Así es, me avergüenza mucho tener que declinar su oferta pero, mi corazón ha sido ocupado por otra dama.

-Alteza... usted y yo podríamos hacer muchas cosas juntos. La unión de nuestros países representa mucho. Además, tendrían apoyo absoluto y nuestro completo respaldo ante otras naciones. Europa entera estará encantada de negociar con Norusakistan y yo... estaría feliz de estar entre sus brazos.

-Señorita...

-Nael, puedes llegar a amarme con la misma pasión que la amas a... ella- él quiso reprocharle que lo tuteara pero lo dejó pasar.

-Jamás podría amar a otra- negó rotundamente.

-Rechazarme no es una buena idea. No ha escuchado que; "No hay peor furia que la de una mujer herida" y yo, soy una muy influyente.

-Lo lamento, pero nada me hará cambiar de opinión- contrajo los labios.

-Sin embargo, yo le permitiré pensarlo- sonaba tensa- si en una semana. . .dice días, no tengo noticias suya. Sabré que su decisión es irrevocable.

-Lo es- aseguro.

-No me asegure nada, al menos no por ahora- pidió- que tengas buen día, Nael- dijo con voz pastosa, arrojó un beso y cortó la comunicación.

Vanessa e Isabdiella, volvieron a Palacio bien entrada la tarde. Había sido realmente vergonzoso pedir aquello al doctor, sin embargo él lo habia tomado como lo más natural del mundo y Vanessa sospechaba que aquel joven y atractivo galeno, sentía una intensa atracción hacia Isabdiella. Así que cuando volvió a Palacio, ya había tomado la pastilla de emergencia y tenia dos cajas de anticonceptivas con las indicaciones de uso.

Si no hubiese sido por Isabdiella, ella ni hubiese tomado en cuenta la falta de responsabilidad que tuvieron Nael y ella la noche anterior.

-¿Dónde han pasado todo el día, señoritas?- la voz de La Reina, detuvo sus intenciones de seguir caminando. Vanessa, sintió como el calor subía a su rostro. Ambas se giraron para encontrarse con Isabella, exquisitamente ataviada con un caftán esmeralda.

-¡Madre! - Isabdiella, corrió hasta ella y besó su mejilla para luego abrazarla con fuerza- le pedí a Vanessa que me acompañara al hospital.

-Eso es maravilloso, cielo. - acarició su mejilla.

-Fue... un día... agradable- Vanessa, sonrió mientras retorcía sus manos. Isabella, la miró frunciendo el ceño.

-¿Qué sucede? -indagó con seriedad- ¿Qué están ocultandome?

-Absolutamente nada, madre- sonrió Isabdiella con naturalidad. Vanessa, se sorprendió de la facilidad con que mentía, ella estaba hecha un manojo de nervios.

-Si no ocultan nada. ¿Por que Vanessa, esta ruborizada, mueve la boca y retuerce sus manos nerviosamente?

¡Maldición!

Odiaba ser tan transparente.copy right hot novel pub

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