-Haleine- su madre la miró con preocupación- esto es muy escabroso, lo único que lograrás es que El Príncipe te odie.
-Al menos despertaré un sentimiento en él- la miró con una sonrisa- odio, amor, no es mucha la diferencia; ambas se sienten en el alma.
-Hija- su padre la miró seriamente- estoy arriesgando mucho en todo esto. Las relaciones con Norusakistan, son muy importante para Francia. Además de influenciar en otros países...
-Tranquilo, papito- besó su frente con amor- todo estará bien, te lo aseguro. Los acuerdos entre Francia y Norusakistan; son un hecho- sonrió- solo debemos tener un poco de calma y no flaquear.
-Pero...
-Confía en mi. También amo a Francia- sonrió- jamás la pondría en peligro.
-Pero ellos podrían simplemente no ceder- la miró con preocupación.
-Cederán, créeme.... Nael ama demasiado a su país. Si me dijeras que asuntos importantes están por perderse y la manera de asegurar la estabilidad de Francia, es casandome con el hijo del presidente de Japón, no dudaría en hacerlo. Amo a Francia. Él, ama a Norusakistan. Todo estará bien.
-¡Dios te oiga!- exclamó su preocupada madre.
-Eso no... no puede ser- dijo Nael, totalmente desconcertado, mientras mantenía los puños oprimidos a sus costados.
-Hijo- empezo Zabdiel- no tendría razones para mentirte. Francia, acaba de cancelar los acuerdos con nosotros. De igual manera; España, Suiza, Bosnia, Bélgica y la más importante; Italia. No sé que habrán hecho para convencerlos pero, aseguran que no les conviene estar en disputa con Francia y que no saben cuál es el problema entre ellos y nosotros, pero deciden apoyarlos a ellos.
-Todo es culpa de ella- dijo sin poder nombrarla.
-Así es- aseguró un serio Zahir- su capricho nos va a costar muy caro. Las relaciones con esos países aseguraban una estabilidad futura a Norusakistan, además de eso contar con el apoyo y respaldo de esos importantes paises...
-Lo sé - cortó Nael- sé cuan importante es ésto para nosotros pero, ¡Está loca, padre!- contuvo el sollozo de frustración- ¡No puedo casarme con ella!... yo amo a Vanessa.
-Lo sé, hijo...
-Todos lo sabemos- aseguró Zahir.
-No tienes que hacer esto. Buscaremos la manera de salir adelante- aseguró El Jeque- no cederás a su capricho, tienes derecho a ser feliz con Vanessa.
-Yo... necesito estar solo- sin esperar palabra alguna se marchó, dirigiéndose a toda prisa a su habitación.
Aquello no podia estar ocurriendo.
Desvío su camino hasta llegar al teléfono del salon principal. Después de marcar a Francia y solicitar que le comunicaran con La señorita LeBlanc, esperaba impaciente.
-¡Alteza!- su voz parecía sorprendida, aunque seguramente no lo estaba en lo más mínimo.
-Señorita Leblanc- contrajo la mandíbula.
-Que enorme sorpresa recibir su llamada. ¿A qué debo el honor?- Nael frunció el ceño. ¿Se estaba burlando de él?
-Mi padre me ha comunicado que..copy right hot novel pub