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(Recomendado) ATRACCIÓN ORIENTAL

CAPÍTULO 29

Seguido de sus tres escoltas, entró a la primera joyería que vio. No le importaba cual era, si el anillo era fino, si era hermoso.

Solo necesitaba un anillo... cualquiera. Igual el que había escogido con amor, reposaba en sus aposentos.

-Bienvenidos- saludó una mujer muy hermosa de faciones delicadas y dulce acento.

-Busco un anillo de compromiso.

-¡Oh, me encantan los compromisos! - dijo emocionada- tengo muchos, unos más exclusivos que otros.

-El que sea- la cara de la dependienta cambió - escójalo a su gusto. El que sea será perfecto- dijo despreocupado.

La mujer parecía aturdida y sin ningún comentario fue en busca de un anillo. Oro con un diamante solitario enorme.

-Lo llevo- dijo sin mirarlo mucho.

Tenia cita con los LeBlanc a la una, le recibirían en su casa. Descanso un poco en la ámplia cama del hotel, la mejor de sus habitaciones.

-¿Necesita algo más, Alteza?

-No- respondió sin abrir los ojos- todo esta bien, Salith.

-Le dejaré descansar, Alteza.

Nael suspiró. Las palabras de su madre hacian eco en su memoria.

Todos le daban la espalda. Su familia en pleno lo dejaba solo. Justo ahora, cuando mas los necesitaba. Cuando anhelaba mas apoyo que nunca para no sentirse tan miserable. Al menos Isa, estaba con Vanessa. Ella le daría su apoyo,no la dejaría sola.

Vanessa...

Recordó sus suaves besos, sus tiernas caricias, su delicado y desnudo cuerpo apretándose contra el suyo.

Un gemido de dolor escapo de él.

-Debes ser fuerte, Nael- se dijo a si mismo- debes ser fuerte.

Tocó el timbre de su casa. No pudo encontrar las llaves por más que las buscó.

-¿Y si no hay nadie?- preguntó una preocupada Isabdiella.

-Debe haber- insistió de nuevo con el timbre.

La puerta se abrió y los hermosos ojos de su madre se abrieron llenos de sorpresa.

-¡Vane, Isa!- dijo sorprendida.

-¡Mami!- gimió y sus ojos se cristalizaron al tiempo que se echaba a sus brazos.

-¿Qué sucede, tesoro?- la estrechó con fuerza.

-Nunca debí quedarme, debi haber venido con ustedes- sollozó - ¡me destrozó el corazón mami, me destrozó la vida!

Veinte minutos más tardes, en medio de lágrimas Suseth estaba al tanto de todo lo ocurrido.

-¡No puedo creerlo!- gimió -¿cómo se atreve?- preguntó indignada -llamaré a Isabella, voy a matar al cretino de su hijo- Isabdiella, bajó la mirada avergonzada.

-No mami- se limpió las lágrimas- eso seria humillarme más.copy right hot novel pub

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